Una niña de 3 años conoce a un hombre de 95 años en un centro de vida asistida; llegan a los titulares de noticias mientras su madre no puede ignorar su inusual relación

Mar 09, 2019 by apost team

Una pequeña está llegando a los titulares de noticias por su improbable amistad con un hombre de la tercera edad.

Etta solo tiene tres años, pero ha estado yendo a Avita, un centro de vida asistida, desde que era una bebé. Su madre la lleva a ella y a su hermano en visitas semanales para iluminar las vidas de los ancianos residentes allí.

Un día, Etta corrió hacía un veterano de guerra de 95 años llamado Stanley. Le ofreció un instrumento como parte de las clases semanales de música del lugar. Sin embargo, no se conformó con darle solo uno, ella siguió corriendo entre la pila y Stanley finalmente recolectó ocho instrumentos. Ahí es cuando su madre se dio cuenta de que Etta y Stanley habían formado un lazo especial.

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"No tengo idea de cuándo comenzó en realidad", ella confesó a los reporteros. "Simplemente tienen una pequeña conexión".

Su conexión es notable en más de un sentido. Verás, Stanley no tiene la mejor memoria para los nombres y rostros; como todos los residentes de Avita, él tiene demencia. Hay días en los que no reconoce a Etta de inmediato. Sin embargo, la pequeña siempre es paciente con él, y sus visitas normalmente terminan con abrazos aunque Stanley no la recuerde del todo.

"Creo que Stanley es un alma muy bondadosa", dijo la madre de Etta. "Creo que existe un sentimiento entre ellos de que solo saben que se quieren y se preocupan el uno por el otro".

Su historia se pone cada vez más tierna. En los días buenos, Stanley se despierta temprano solo para ver a Etta. Los cuidadores del lugar le recuerdan que es día de visitas y se levanta voluntariamente de la cama, aunque no sea un madrugador en general. Una vez que están juntos, los dos se divierten mucho. Cantan, tocan instrumentos, dibujan y compiten en juegos de mesa. Incluso han hecho rompecabezas para ayudar a la memoria de Stanley.

Para Stanley, las visitas son un alivio de los días solitarios en el centro de vida asistida. Para Etta, son una oportunidad para expandir su familia.

"Hemos venido a visitarlo por su cumpleaños", la madre de Etta recordó, "y le pregunté si algún familiar había venido a visitarlo, y él me respondió que no. Y [Etta], de la nada, le dijo, 'Bueno, ahora tienes a nuestra familia'".

¿Qué opinas de este improbable dueto? ¿Cuánta calidez sientes en tu corazón cuando los ves a los dos juntos? Cuéntanos en los comentarios y asegúrate de correr la voz de esta tierna historia. ¡Les alegrará el día a todos!