Un pasajero escuchó a unos soldados hablando, y decidió ayudarlos rápidamente
Jul 27, 2021 by apost team
Kenny Kukich estaba teniendo un vuelo común y corriente, hasta que tuvo la oportunidad de llevar a cabo un acto de bondad. La historia se publicó en la página de Facebook Love What Matters, en 2016.
Mientras Kukich se preparaba para tomar el asiento que le habían asignado en el avión, se dio cuenta de que también había algunos soldados embarcando. De hecho, un par de ellos estaban sentados cerca de él.
"¿A dónde te diriges?", recordó haberle preguntado al soldado que tenía más cerca. "A Petawawa (Ontario, Canadá). Vamos a estar allí por dos semanas, para hacer un entrenamiento especial, y luego nos van a desplegar a Afganistán".
Al cabo de una hora de estar en el aire, un auxiliar de vuelo anunció que venderían cajas de almuerzos a cinco dólares cada una. Después de un par de horas de vuelo, comprar el almuerzo parecía una buena idea.
Mientras Kukich buscaba su cartera, escuchó que uno de los soldados le preguntaba a su compañero si iba a comprar uno de esos almuerzos empaquetados.
"No, me parece muy caro solo por una bolsa de comida. Probablemente no valga los cinco dólares. Esperaré hasta que lleguemos a la base".
Al notar que ninguno de los soldados compraba comida, el hombre sintió que debía hacer algo por ellos. Seguramente muchos tenían hambre, y quería que disfrutaran del vuelo. Así que se dirigió a la azafata y le entregó 50 dólares.
"Dele un almuerzo a cada uno de esos soldados", le dijo a la aeromoza.
Abrumada por el gesto del hombre, con los ojos llorosos y mucha alegría en el corazón, la azafata, cuyo hijo había sido militar en Irak, dijo:
"Siento que también haces esto por mi hijo".
Todos los soldados recibieron su almuerzo, y en señal de gratitud, la azafata le obsequió a Kukich una comida de primera clase. Pero la historia no terminó ahí. Cuando Kukich se levantó para ir al baño, otro pasajero le dijo que había visto lo que había hecho, y que quería hacer lo mismo, así que le entregó 25 dólares.
Cuando el piloto de la aeronave se enteró de la acción de Kukich, se dirigió a la cabina principal para buscarlo.
"Quería decirte que una vez fui piloto militar, y alguien también me invitó una comida. Fue un gesto que nunca olvidaré", le dijo el piloto, mientras le estrechaba la mano al hombre.
En ese momento, parece que toda la aeronave se enteró del acto de amabilidad, y decidieron devolvérselo también. Y así, otros dos hombres les entregaron a Kukich otros 25 dólares cada uno. Después de haber reunido todo ese dinero, el hombre se acercó a los soldados y se los entregó con gusto.
"Mientras se dirigen a la base militar, tal vez esto les sirva para comer algo rápido".
Es muy agradable leer historias como esta. Pero para hacer el bien a los demás, no necesariamente tenemos que gastar dinero. Como comunidad, tenemos la responsabilidad de tratar a todo el mundo con amabilidad. ¿Quisieras asumir ese reto? Sé amable, y deja que esa amabilidad resuene en todo el mundo.
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