Tratar con un mal jefe: los 4 tipos que te hacen querer renunciar

Jun 15, 2018 by apost team

Los jefes, en general, son el centro del universo del entorno diario de trabajo. Establecen y mantienen el nivel de moral y el tipo de aura que envuelve el entorno de una oficina. Según un artículo publicado en U.S. News, las palabras de un jefe tienen el mayor peso y pueden alegrar o hacer pedazos a cualquier empleado de un día para otro, destruyendo la moral en un instante y haciendo que todos se renuncien. Hay varios tipos de malos jefes que provocan este tipo de respuesta por parte de los trabajadores:

1. "El títere"

Jugar a lo seguro parece haberse convertido en el nombre del juego para muchas personas en puestos directivos. Se someten a los poderes fácticos cuando deberían defender a sus empleados por el simple hecho de la autopreservación. Son verdaderas marionetas cuyas cuerdas se mueven salvajemente siendo manipuladas por el CEO o un consejo directivo que les piden lealtad a toda costa. Esto emana una total falta de integridad por parte de este tipo de jefe y conduce a que cualquier empleado que esté bajo su administración pierda interés rápidamente en su desempeño laboral.

La persona incluso puede amar su trabajo, pero odia a su jefe incluso más. De acuerdo con un reportaje en U.S. News , incluso hay algunas empresas que contratan a personas para que ocupen posiciones gerenciales porque saben que pueden manipularlas para que hagan lo que quieran. En última instancia, este tipo de jefe pierde todo el respeto de sus empleados y, en primer lugar, nunca tuvo el respeto del CEO o del consejo directivo.

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2. "El enorme gorila"

Siempre parece existir esa persona que comenzó su carrera en una empresa en el escalón más bajo de la escalera, llegó a la cima del montón de empleados en la alta gerencia e inmediatamente se olvida dónde comenzó. Tiene una mentalidad de King Kong y les dice a todos que es el rey de la manada y se pasa la mayor parte del tiempo recordándoselo a todos. Incluso llega a establecer diferencias muy específicas entre la gerencia y todos los demás cuando hay que designar deberes y dar órdenes. Trabajar para esta persona es un gran reto y generalmente no obtiene el mejor resultado de sus empleados porque no recuerdan el dicho que dice que los líderes que son más productivos son los que demuestran a todos que respetan a cada individuo y les hacen sentir que son muy importantes para la empresa y para ellos.

Como Jennifer Borba von Stauffenberg, la CEO y fundadora de Olive PR Solutions, dice: "Los líderes corren junto a su equipo y los empoderan. Comparten una visión y valores fuertes en los que todos trabajan juntos y se destacan ".

3. "Yo soy el mejor"

Una vez que algunas personas se convierten en gerentes, empiezan a creer que son tan buenas en lo que hacen y que sus superiores concuerdan con ellas, que incluso sienten que son el único engranaje que hace girar la rueda en la empresa. Incluso se equiparan con los dueños reales del negocio y actúan como si estuvieran tomando decisiones en su nombre o que son ellos. Esto se refleja en acciones como tomar decisiones sin consultar a otros, no tener en cuenta los comentarios de otros empleados o apoyar la idea de alguien y luego, cuando funciona, tomar el crédito. Cuando alguien trata de mostrarse como la persona más inteligente a costa de ignorar a todos los demás y su conocimiento, quienes trabajan con este tipo de jefe que piensa que es Superman tienden a hacer que ese jefe quede mal y tratan por todos los medios necesarios hacerlo fallar en lugar de ayudar al equipo a tener éxito.

De acuerdo con Terri Hockettel CEO del sitio web de carreras What's for Work?, "algunos jefes creen que tienen derecho a poseer todo lo que produce su equipo... y mostrarán algo positivo como propio, incluso si otro empleado hizo el trabajo."
De lo que no se dan cuenta es que ganarán muchísimo respeto de parte de sus empleados si muestran su falta de conocimiento sobre algo y se apoyan en un miembro del equipo que sabe más sobre algo. Los empleados respetan ese tipo de vulnerabilidad y trabajarán más duro para alguien que la demuestre.

4. "El sargento"

Este es un gerente cuyos empleados se han dado cuenta de que no tiene ningún interés en nada más que aumentar los resultados de la empresa. No le importa si tienen niños en casa esperándolos; seguirán insistiendo en que su trabajo requiere que se queden horas después del horario en el que se suponía que debían irse a casa solo para terminar ese proyecto tan importante que incluso está pautado para la semana próxima. Actúan como un capataz y constantemente regañan a los empleados para que se sientan culpables haciéndoles creer que no están haciendo el mejor esfuerzo en su trabajo porque estos simplemente quieren tener una vida fuera del horario laboral. También son los jefes que vigilan cada uno de tus movimientos y te supervisan cada movimiento que haces en el trabajo, lo que lleva a la desmoralización y destruye tu pasión por lo que haces o cualquier cantidad de proyectos creativos que tenías para tu trabajo.



Tina Fox, una gerente regional en una gran empresa de consultoría, describe cómo era trabajar bajo este tipo de gerente y dice que literalmente "hacía un gesto de dolor" cada mañana antes de entrar al trabajo sabiendo que la jefa estaba allí; "Cada vez que alguien llegaba unos minutos tarde, ella... se acercaba en el medio de la oficina y decía: "'¿Por qué llegas tarde?' Su actitud era gerenciarlos como estudiantes de secundaria".

La naturaleza robótica de este tipo de jefe se manifiesta en una falta de empatía que si cambiara daría la vuelta a la moral e impulsaría el rendimiento en gran medida.
Muchos empleados trabajan a diario gerenciados por este tipo de malos jefes. Si eres una persona que soporta cualquiera de estos tipos de gerentes, tus comentarios sobre cómo lidiar con este tipo de comportamiento y aún permanecer en tu trabajo son importantes para los demás, así que déjanos saber y compártelo para que tus amigos y seres queridos sepan que no están solos en su lucha.