Tiró a su perro en el contenedor de basura y se mudó a otro estado con su novio
Oct 30, 2019 by apost team
Mucha gente se sorprende al ver lo que ciertas personas son capaces de hacerles a sus mascotas. Por fortuna, cada vez hay leyes más estrictas que sancionan la crueldad contra los animales, con el fin de combatir los actos de negligencia y abuso. El estado de Pensilvania, en Estados Unidos, tiene buenas leyes contra la crueldad hacia los animales, y fue gracias a eso que Nicole Baker no pudo salirse con la suya.
Durante las mudanzas, la gente suele tirar a la basura muchos objetos para poder tener más espacio. Eso es comprensible, pero una mascota no es un objeto. Los perros son seres vivos que respiran, que sienten y que son capaces de sufrir tanto como los seres humanos.
Cuando Nicole Baker decidió mudarse para poder estar más cerca de su novio, no solo tiró algunas de sus posesiones a la basura. También tiró a Mia, la perra que había adoptado siete meses atrás.
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Podía haber llevado a su perra a un refugio de animales. Podía haberla dejado con un veterinario. Podía habérsela regalado a otra persona. De hecho, los documentos mostrados ante la corte demostraron que varios amigos suyos se ofrecieron repetidamente para cuidar a Mia, pero Baker rechazó todas sus ofertas y los engañó con toda intención, haciéndoles creer que la perrita ya estaba a buen resguardo.
Pero ese no era el caso, y Baker lo sabía. Metió a la perra en una bolsa, luego la dejó en un contenedor de basura y se mudó a Texas. Abandonar a un perro siempre es algo muy cruel, pero lo que Baker le hizo a Mia fue imponerle una lenta y dolorosa sentencia de muerte.
Mia pasó días sufriendo dentro de ese contenedor, Sin comida, sin agua, sin calor y con muy poco aire. Si no fuera por Nathan Binne, un trabajador de saneamiento, la historia de Mia no hubiera sido la misma. Nathan se quedó horrorizado y aturdido cuando encontró a la perrita abandonada, demacrada y terriblemente asustada.
Varios rescatistas contactaron a la Sociedad Humanitaria del condado de Westmoreland, la cual hizo el reporte a las autoridades locales como un caso de crueldad contra los animales. De inmediato, la organización se puso manos a la obra para atender la salud de Mia.
A Mia incluso le pusieron un nuevo nombre, Fawna, con el propósito de que tuviera una nueva vida. Pudo recuperar la fe en la humanidad, porque recibió mucho apoyo, juguetes, ropa, golosinas y donaciones en efectivo por parte de muchas personas. Fawna fue adoptada por Megan, quien es una de las veterinarias de la Sociedad Humanitaria, y desde entonces ha aumentado más de 13 kilos y está feliz, recibiendo mucho amor. El video que está al final de este artículo muestra a Fawna después de haberse recuperado. Fawna es una verdadera belleza, tanto por dentro como por fuera, a diferencia de su antigua dueña.
El acuerdo firmado por Baker la obligó a pagar una multa de 620 dólares. Además, tuvo que entrar a un programa de rehabilitación acelerada, someterse a una evaluación de salud mental y completar horas de servicio comunitario. Tampoco podrá volver a adoptar un perro en Pensilvania.
¿Crees que el castigo que recibió Nicole Baker fue suficiente? ¿Conoces la historia de un perro que haya sobrevivido al abuso y a la negligencia de sus dueños? Déjanos tu opinión en la sección de comentarios, y no te olvides de compartir la historia de Fawna para crear más conciencia sobre la crueldad y el abuso hacia los animales.