¿Sabías que heredamos la inteligencia de nuestras madres?
Sep 14, 2016 by apost team
¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene esa cabecita tuya? ¡Pregúntale a tu madre!
¿Que se necesita un hombre exitoso para tener niños inteligentes? Esa idea está más que desactualizada. ¡Unos estudios revelan que la gente inteligente heredó gran parte de su inteligencia de sus madres! El cromosoma X es la clave.
Unos investigadores han sacado a la luz que lo que se conoce como "genes condicionados" solo se activan en un niño cuando vienen de la madre. Los del padre, sin embargo, no son activos. Estos genes son esenciales para el correcto desarrollo del feto. En 1984 la Universidad de Cambridge realizó el primer estudio en el que se crearon unos embriones de ratones que tenían únicamente los genes maternos o los paternos, con el fin de descubrir la importancia que esto tenía en la formación del embrión. A la hora de trasladarlos al vientre de un ratón todos los embriones murieron, lo que llevó a la conclusión de que los genes maternos son vitales para el desarrollo adecuado del embrión mientras que los del padre lo son para el crecimiento de los tejidos.
Los investigadores querían averiguar lo importantes que son estas células en una etapa posterior del desarrollo. Descubrieron que podían mantener los embriones modificados de ratones vivos al mantener las células embrionarias y manipular el resto de células. Los ratones que tenían una mayor cantidad de genes maternos desarrollaron cabezas y cerebros muy grandes pero cuerpos pequeños, mientras que los ratones en los que predominaban los genes paternos tenían cerebros pequeños y cuerpos grandes. De esta manera los investigadores pudieron sacar en claro que las células maternas o paternas solo estaban presentes en seis partes del cerebro de los ratones que controlaban las diferentes funciones cognitivas.
Las células paternas se acumulaban en el hipotálamo, la amígdala, la zona preóptica y el septum. Estas partes del cerebro son las responsables de nuestro instinto de supervivencia y también controlan la líbido, el hambre y la agresividad. Sin embargo, en la corteza cerebral, donde se desarrollan las funciones cognitivas más avanzadas como el pensamiento o la inteligencia, solo se encontraron células maternas.
Por ello científicos como Robert Lehrke concluyeron que los niños obtienen su inteligencia del cromosoma X que viene normalmente de la madre. Investigadores de la Universidad de Ulm en Alemania desvelaron que los daños cerebrales o los problemas con las habilidades cognitivas están más relacionados con el cromosoma X, por lo que el género masculino es también más propenso a desarrollar estos problemas. Uno de los resultados más convincentes viene de un estudio realizado por el Medical Research Council Social and Public Health Sciences Unit en Glasgow en el que se entrevistó a jóvenes con edades comprendidas entre los 14 y los 22 años y se descubrió que el mejor predictor de la inteligencia era de hecho el C.I. de la madre.
Pero las madres también desempeñan otro papel importante en nuestro desarrollo. Investigadores de la Universidad de Minnesota descubrieron que los niños que desarrollan un apego emocional con sus madres aprenden a lidiar con tareas complejas y obstáculos. El apoyo de la madre hace que los niños se sientan más seguros y tengan más confianza en sí mismos a la hora de resolver problemas. Algunas partes del cerebro solo se forman completamente si existe una relación afectiva entre la madre y el niño, según relevaron los investigadores de la Universidad de Washington. Estos estudiaron durante 7 años las relaciones entre madres e hijos y descubrieron que los niños que disfrutaban de un afecto mayor por parte de sus madres, tenían a los 13 años el hipocampo un 10% más grande que el de aquellos que tenían madres distantes emocionalmente.
Se puede decir que de nuestros padres heredamos más del 50% de nuestra inteligencia y que el portentaje restante depende de nuestro entorno y nuestras interacciones personales. Para poder solucionar hasta el obstáculo más diminuto, nuestro cerebro tiene que trabajar como un todo. Lo que significa que para actuar de manera inteligente no solo entra en juego la inteligencia en sí misma, sino también las emociones y la elocuencia, atributos que heredamos de nuestros padres. Y además, aunque un niño tenga un C.I. elevado, es necesario estimular esa inteligencia con motivación y ánimo.
Así que, aunque sí es cierto que las madres son las que aportan una gran cantidad de genes inteligentes, los padres también son muy importantes para el desarrollo del niño y su educación. Por ello es esencial una interacción ideal entre amor, genes y educación.
¡Comparte este artículo con tu familia y amigos!
apost.com