Pit Bull no quiere dejar el refugio sin su pequeño amigo
Sep 03, 2019 by apost team
Te presentamos a Merrill y Taco, dos perros que se conocieron y se convirtieron en los mejores amigos. Se ayudaron mutuamente a superar una situación muy estresante y llegaron a un lugar mucho mejor cuando todo terminó.
No juzgues esta amistad por su aspecto. Taco es un chihuahua, mientras que Merrill es un pitbull. El tamaño no importa cuando se trata de amistades. Los dos son perros muy cariñosos y necesitaban un poquito de apoyo.
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Merrill y Taco se conocieron cuando llegaron al Centro de Rescate de Perros Rocket, con solo unos días de diferencia. Los dos estaban asustados y no sabían muy bien lo que estaba pasando. Así que se acurrucaron juntos para pasar sus primeros días en el refugio con algo de compañía. Poco a poco, empezaron a comer y a jugar un poco entre sí, y ahora se han vuelto completamente inseparables.
Pero Merrill empezó a tener problemas: se movía más despacio, y ya no quería comer.
Taco se veía muy angustiado por la situación. No dejaba de alertar a los voluntarios del refugio, porque sabía que algo no estaba bien con su mejor amigo.
Los voluntarios llevaron a Merrill al veterinario y llevaron consigo a Taco, para que le diera un poco de apoyo. El veterinario descubrió que Merrill estaba en mal estado, y que necesitaba cirugía inmediata.
Cuando empezaron a preparar a Merrill para su cirugía, trataron de apartar a Taco. Pero los perros se negaron rotundamente y empezaron a llorar. Solo se calmaban cuando volvían a ponerlos juntos.
Taco estuvo presente durante toda la operación de Merrill. La buena noticia es que la cirugía fue un éxito, y ahora el pitbull estará bien. Se quedó en la clínica un par de días para poder recuperarse y Taco estuvo a su lado en todo momento.
Merrill había vuelto a ser el mismo de antes. Comía y jugaba como de costumbre, con Taco al lado. Y entonces llegó un día que pondría su amistad a prueba nuevamente. Alguien llegó al refugio con la idea de adoptar a un perro, y se enamoró de Merrill.
Sin embargo, cuando los voluntarios fueron a buscar al pitbull, se dieron cuenta de que había un problema: él no iba a ir a ninguna parte sin su amigo Taco. Estaba abrazando a su amiguito, y no lo dejaba ir.
El hombre que quería adoptar a Merrill estuvo viendo lo que pasaba todo el tiempo. Así que le pidió a los voluntarios que ya no intentaran sacar a Merrill solo, porque iba a llevarse a los dos perros consigo.
Los dos perritos estallaron de alegría mientras se dirigían a su nueva casa. Ahora tienen un nuevo padre, y también se tienen el uno al otro. Todavía duermen en la misma cama y comparten su comida. La única diferencia es que tienen mucho más espacio y un ser humano al que pueden amar.
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