Perro con enfermedad terminal es cargado por el pasillo por su dueña durante el día de su boda
Jul 31, 2019 by apost team
Kelly O’Connell sabía que tenía que tener a su mejor amigo acompañándola por el pasillo el día que iba a casarse.
No, no su mejor amigo humano, sino su amado labrador retriever negro llamado Charlie. Aunque Charlie estaba enfermo en ese momento, logró llegar a tiempo a la boda para acompañarla.
Según el Huffington Post, O’Connell, una veterinaria, estaba preparada para casarse con el amor de su vida. Sin embargo, sabía que no sería lo mismo si su maravilloso Charlie no la acompañaba. James Garvin, quien se casaría con ella, también es veterinario. No tenía problema con seguir adelante con los planes de su novia. Charlie tenía 15 años para el momento de la boda. Había estado sufriendo de un tumor cerebral por muchos meses y ya llegaba el día de la boda. Estaba bastante débil cuando llegó el gran día, no obstante fue capaz de participar con el apoyo de su amorosa familia.
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El asombroso perro logró caminar por su cuenta por el pasillo con Katie Lloyd, dama de honor y hermana de O'Connell. Sin embargo, no logró hacer todo el recorrido. En ese momento Lloyd se agachó para cargar los 36 kilogramos del labrador y que pudiera acompañar a su amada humana en el altar.
La novia contó para ABC News que ambas se arrodillaron frente al perro y comenzaron a llorar. Sabía que Charlie ya estaba por despedirse y era duro para ella verlo así. Comentó lo tierno y amoroso que era Charlie con todo el mundo, pero definitivamente la amaba a ella más que a nadie.
"Era un perro muy tierno. Amaba a todo el mundo, pero sin duda yo era su persona favorita", contó en la publicación.
Unos pocos días después del gran día, Charlie falleció. O'Connell está agradecida de tener unas fotos tan asombrosas de Charlie en el día de su boda, captadas por Jen Dziuvenis. Da gracias porque estuvo ahí con ella para compartir con ella un momento tan feliz.
Dziuvenis compartió en Facebook las fotos. No hubo ni una sola persona en la boda que no llorara en el momento en que la dama de honor cargara al pobre perro. Eso es verdadero amor, el que comparten el tierno perro y la hermana. Nos encanta que O'Connell haya podido compartir el día de su boda con uno de sus mejores amigos antes de que falleciera.
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