Maestra de cuatrillizas encontró una mancha de sangre en una de ellas y descubrió que el papá abusaba de las niñas
Nov 08, 2020 by apost team
Bianca, Madison, Tiffany y Paris, mejor conocidas como las cuatrillizas Lucci, nacieron y se criaron en Beverly Hills, Estados Unidos. Fueron admitidas en el sistema de hogares de acogida a los 13 años de edad, después de pasar una infancia de descuido y abandono.
Muchas parejas creen que tener hijos es una bendición. Se sienten felices de haber ayudado a traer un nuevo ser humano al mundo y hacen lo posible por criarlo de la mejor manera.
Sin embargo, lamentablemente no todos los niños reciben ese tipo de atención, y terminan en el sistema de protección de menores. En esta ocasión te contaremos la historia de las cuatrillizas Lucci, y verás lo que tuvieron que soportar a medida que crecían.
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Las cuatrillizas son Bianca, Madison, Tiffany y Paris Lucci. Vivían en una casa enorme en Beverly Hills, California. Sus padres eran exitosos, tenían una piscina y parecían llevar una vida perfecta. Pero entre bastidores, sus vidas se estaban desmoronando.
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En el video
Al principio del video salen las chicas contando cómo habían tenido que mudarse de una casa a otra, y las dificultades que pasaron para hacer amigos. Expresaron sus opiniones sobre el sistema de acogida, y dijeron que a algunos padres adoptivos solo les importan los cheques que reciben.
Su padre era entrenador de fútbol, y era extremadamente abusivo con ellas. Las golpeaba, las dejaba pasar hambre y las descuidaba todo el tiempo, aunque sí les mostraba amor y afecto a sus hijos varones.
Una de las chicas recordó la vez en que su maestra se dio cuenta de que tenía sangre seca en su frente. La pequeña le explicó por qué la tenía, y la mujer llamó a la policía. Los oficiales le pidieron que llamara al padre de las menores, poniendo el altavoz.
Los policías le pidieron que le dijera que las chicas iban a llegar tarde a casa, y los oficiales se quedaron sorprendidos por lo irrazonablemente enfadado que estaba el hombre. Se quedaron en la escuela hasta las 8:00 pm, cuando su madre fue a buscarlas.
Ella habló sobre el carácter abusivo de su marido, y finalmente le impusieron una orden de restricción al hombre. Sin embargo, la medida apenas duró siete días. Una de las hermanas contó que él le había fracturado el brazo cuando la obligó a recoger una foto que estaba en el suelo, mientras él estaba de pie frente a ella. Cuando ella intentaba cogerla, el hombre la empujó hacia abajo, rompiéndole el brazo.
La madre de las niñas tomaba muchos medicamentos y tenía algunos trastornos. Una de las niñas se despertó y la encontró saliendo de la casa, y cuando le preguntó a dónde iba, la mujer le dijo que les iba a buscar más regalos. La niña le hizo prometerle que iba a volver, pero nunca lo hizo. Después de eso, las chicas terminaron en el sistema de acogida.
Pero aunque estaban en el sistema de protección de menores, el padre siguió arruinando sus vidas. Cada vez que terminaban en un buen hogar, llamaba a la familia de acogida y les decía que las niñas eran horribles. Eso hacía que los padres las rechazaran y las enviaran de vuelta al hogar grupal.
Afortunadamente, las cuatrillizas lograron encontrar una familia que las acogió como a verdaderas hijas. Recibieron amor, afecto y ánimo. Los profesores de su escuela secundaria conocían sus antecedentes y las guiaron. Les hicieron saber que podían tener éxito en la vida, y les dieron las herramientas necesarias para empezar su viaje hacia una vida mejor.
Ahora todas las chicas están felices por haber estado en el sistema de acogida. Si se hubieran quedado con sus padres, probablemente seguirían teniendo vidas miserables, sin educación ni esperanza.
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