La vida de "la mujer más fértil del mundo", que ha dado a luz a 44 hijos
Nov 08, 2021 by apost team
No existe una cifra definitiva sobre el número de hijos que puede tener una mujer en su vida, ya que la tasa media de fecundidad varía de un país a otro. Según el Banco Mundial, la tasa de fecundidad más baja (que representa el promedio de partos por mujer) se da en Corea del Sur, con 0,9, mientras que la más alta es de 6,8, en Níger.
Mariam Nabatanzi, de Uganda, había dado a luz a 44 hijos a sus 39 años de vida, de los cuales seis han muerto, dejándola con 38 hijos.
Su historia saltó a la palestra en 2019, cuando se reveló que la mujer, que entonces tenía 39 años, había dado a luz a tantos hijos e incluso se le había prohibido tener más.
Su gran número de hijos se debe a una condición médica llamada hiperovulación, que significa que tiene una predisposición genética a liberar múltiples óvulos al mismo tiempo, lo que aumenta sus posibilidades de quedar embarazada. De hecho, la mayoría de sus hijos nacieron como gemelos, trillizos o cuatrillizos. Como resultado, se la ha llamado "la mujer más fértil del mundo".
También empezó a tener hijos tempranamente, ya que se casó con un hombre cuatro veces mayor que ella a los 12 años. Quedó embarazada poco después y dio a luz a su primer par de gemelos cuando apenas tenía 13 años.
La vida de Nabatanzi no ha sido fácil y tiene varios trabajos para mantener a su numerosa familia, esto después de que su marido la abandonara. Su mayor deseo es que sus hijos estudien y tengan una vida más feliz que la suya. Veamos su historia.
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A los 12 años, Mariam Nabatanzi, de Uganda, se casó con un hombre que le cuadruplicaba la edad. Poco después, quedó embarazada y dio a luz a su primer par de gemelos cuando apenas tenía 13 años. En los años siguientes, Mariam quedó embarazada de otros cinco pares de gemelos, cuatro de trillizos y cinco de cuatrillizos. A los 36 años, había dado a luz a 44 hijos, según 7 News. Sin embargo, seis de ellos no sobrevivieron, lo que la dejó con 38 hijos en total.
En realidad, Nabatanzi solo quería tener seis hijos, pero debido a una rara condición genética, siguió saliendo embarazada de gemelos, trillizos y cuatrillizos. Según The Sun, el ginecólogo Charles Kiggundu describió el caso de Mariam como una "predisposición genética a la hiperovulación (liberación de múltiples óvulos en un ciclo), lo que aumenta significativamente la posibilidad de tener partos múltiples. Siempre es genético".
Los 38 hijos de Nabatanzi son lo más importante de su vida. Para mantener a su numerosa familia después de que su marido la abandonara tras el nacimiento de su último par de gemelos, tiene tres trabajos. Trabaja cortando el pelo a la gente, decorando eventos y recogiendo metal desechado que luego vende. Además, fabrica y vende su propia ginebra y hierbas medicinales. Casi todo el dinero que gana lo gasta en comida, ropa, atención médica y educación para sus hijos. En declaraciones a Reuters, dijo:
"He crecido entre lágrimas, mi hombre me ha hecho pasar mucho sufrimiento. Todo mi tiempo lo he dedicado a cuidar de mis hijos y a trabajar para ganar algo de dinero".
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Nabatanzi quiere que sus hijos tengan una vida mejor y ha hecho todo lo posible para darles la oportunidad de ir a la escuela y empezar su propia vida. Tiene fotos en la pared de todos los hijos que se han graduado en la escuela. Pero cuidar de todos empezó a ser demasiado para ella, sobre todo después de que su marido se marchara. Como necesitaba más ayuda, finalmente tuvo que hacer que uno de los hijos mayores abandonara la escuela para mantener a la familia.
Ivan Kibuka, de 23 años, el hijo mayor de Nabatanzi, dijo, según The Sun:
"Mamá está abrumada, el trabajo la está aplastando, nosotros ayudamos en lo que podemos, como en la cocina y el lavado, pero ella sigue llevando toda la carga de la familia. Lo siento por ella".
La familia vive en cuatro casas minúsculas hechas con ladrillos de cemento y techos de hierro. Algunos de los niños duermen en literas de metal, mientras que otros duermen en el suelo con colchones o directamente en el suelo de tierra. Todos los niños que siguen viviendo con su madre ayudan en las tareas, rotando los deberes de cocinar y lavar. Un mensaje en una de sus pequeñas casas dice: "El sábado trabajamos todos juntos".
Nabatanzi no ha tenido una vida fácil, pero su único deseo es hermoso y desgarrador al mismo tiempo: solo quiere que sus hijos sean felices, ya que ella no ha sentido mucha alegría en su vida. Según informa Reuters, la madre de esta gigantesca familia dijo:
"Empecé a asumir responsabilidades de adulta a una corta edad. No he tenido alegrías, creo, desde que nací".
¿Qué te parece la historia de Mariam Nabatanzi? A pesar de sus circunstancias, su amor por los niños es realmente inspirador. Pásala a tus conocidos y pídeles su opinión.