El público aplaude a una increíble patinadora artística de 90 años
Mar 04, 2022 by apost team
La mayoría de la gente considera que, a medida que envejecemos, debemos ir renunciando a algunas cosas, por más que nos gusten. Sin embargo, eso no tiene por qué ser así, al menos no para todos. Por ejemplo, Yvonne Dowlen ya tiene 90 años y sigue haciendo patinaje sobre hielo. A veces incluso supera con creces a personas que tienen la mitad de su edad.
Yvonne es la mejor prueba de que la edad no es excusa para no hacer lo que nos gusta, aunque la actividad en cuestión sea muy exigente físicamente, tal como lo es el patinaje artístico. Yvonne falleció en 2016, a los 90 años, pero le demostró a todo el mundo que seguía teniendo un espíritu increíblemente joven. De hecho, nunca se retiró oficialmente del deporte que tanto amaba y lo siguió practicando hasta sus últimos días.
Dowlen nació el 5 de julio de 1925 en Colorado, Estados Unidos, y descubrió su amor por el patinaje sobre hielo a temprana edad. Le agarró el gusto a ese deporte cuando era muy pequeña. De niña, solía visitar el lago Evergreen de la ciudad de Denver, el cual se congela durante el invierno. Ahí practicaba todos los fines de semana.
Años después, convirtió su pasión en una profesión. En la década de 1930 empezó a actuar en los Ice Capades, un espectáculo de hielo itinerante, y siguió con ellos por más de 50 años. Ya como adulta, empezó a concentrarse en la enseñanza y estuvo trabajando en Denver, entrenando a jóvenes patinadores durante décadas.
También le gustaba el patinaje artístico de competición y lo practicó hasta que falleció. Patinando dentro de su grupo de edad de "50 años o más", Dowlen ganó muchas medallas. Dejó relegadas a muchas patinadoras que tenían la mitad de su edad. En sus últimos días, a los 90 años, seguía patinando hasta cinco veces por semana.
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Por si eso no fuera suficiente, Dowlen pasó sus últimos años persiguiendo el objetivo de convertirse en la patinadora artística de competición de mayor edad en todo el mundo. El patinaje artístico fue reconocido por primera vez como deporte olímpico de invierno en 1908, pero esta disciplina no se limita a las Olimpiadas. Existen diversas competiciones para todos los niveles, desde principiantes hasta senior, y los competidores suelen realizar programas largos y cortos, que requieren un número determinado de giros, saltos y otros movimientos.
A pesar de su avanzada edad, Dowlen seguía haciendo todos esos movimientos impresionantes que suelen hacer los patinadores más jóvenes. Sin embargo, cuando tenía 80 años, Yvonne tuvo un accidente automovilístico que le causó una lesión cerebral, y estuvo al borde de tener que abandonar el deporte que tanto amaba. Los médicos le dijeron que se olvidara para siempre del patinaje, pero ella nunca se dio por vencida. En lo que tuvo la oportunidad de volver a ponerse sus patines, retomó su entrenamiento. Para calmar a los médicos, solo eliminó un movimiento de su rutina: el axel, que implica un salto con una rotación y media en el aire.
Para Dowlen, estar en el hielo era como respirar. Una vez dijo: "Para mí, el solo hecho de estar sobre la pista de hielo ya es muy importante". Además, reconoció que cuando los médicos le decían que dejara el deporte, más ganas le daban de practicarlo. El hecho de que no abandonara su pasión, a pesar de la recomendación de los médicos, es un claro testimonio de su perseverancia. Es evidente que Yvonne encontró en ese extenuante deporte su mayor consuelo. Así lo explicó ella, con sus propias palabras:
"Cuando estoy de mal humor, veo a todas las personas de mi edad que tienen que andar con máscaras de oxígeno. Entonces me pongo los patines, y sonrío".
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No podemos negar que la avanzada edad de Yvonne Dowlen llamaba mucho la atención, pero otra cosa que la distinguía era la forma como incorporaba la música clásica en sus rutinas. Cualquiera que la veía actuar notaba el profundo amor que ella sentía por la música clásica. No solo actuaba con música académica, sino que hacía gestos con las manos al ritmo de la melodía, mientras se deslizaba por el hielo. Esto quedó en evidencia cuando hizo un arco de aire con un violín durante su rutina. Además, su traje tenía un violín estampado.
Esa actuación en particular fue increíblemente inspiradora, y no solamente por su edad. Dowlen demostró que podía hacer todos los movimientos de forma adecuada. Y lo que es más, tenía una evidente pasión por el patinaje, y eso fue lo que le permitió ofrecer una actuación tan atractiva.
No es de extrañar entonces que más y más personas se interesaran en la historia de Dowlen. En 2016, dos cineastas de Boulder, Colorado, hicieron un documental sobre su trayectoria. El material lleva por título "Edges". Cualquiera que la conociera entendía que ella era una mujer muy especial. La elegancia y la pasión que mostraba al patinar debería ser una inspiración para todos nosotros. Además, su actitud y su determinación le sirvieron a lo largo de su vida. En una ocasión dijo lo siguiente:
"Si te gusta estar sobre el hielo, esfuérzate y da lo mejor de ti. Pero si no te diviertes mientras patinas, mejor ponte a hacer otra cosa".
Yvonne Dowlen será recordada no solo por sus increíbles hazañas físicas sobre la pista de hielo, sino también por sus enraizadas ganas de vivir. Si su historia te pareció inspiradora, deberías ver la película que hicieron sobre su vida.
¿Alguna vez habías visto a un patinador artístico de 90 años, o a alguien de esa edad compitiendo en algún deporte? ¿Qué te pareció la historia de Yvonne Dowlen? Déjanos tus comentarios, y si te inspiró esta historia, ¡pásasela a todos tus conocidos!