Chica saca foto de su factura, pero su madre se da cuenta de que en secreto el comedor le cobró por ser adolescente
Mar 20, 2019 by apost team
Melissa Desch es una residente de Wayne, Nueva Jersey, y ha frecuentado un comedor local en su ciudad por muchos años.
Siempre había leído el mensaje en la parte inferior de la factura que decía "se aceptan propinas".
Desch está ahora molesta con el restaurante y dice que el negocio está haciendo que sea obligatorio que los niños y adolescentes paguen propinas cunado visiten el establecimiento. La hija de Melissa, Bella, tiene once años. Hace poco, Bella fue al restaurante para tomarse un batido con sus amigos. La chica de once años le envió una foto de la factura a su madre.
Según CBS, Melissa de inmediato se dio cuenta de que habían agregado una tarifa por propina a la factura de su hija. Lo que le molestaba a Melissa sobre la tarifa era que había estado en el mismo restaurante el mismo día y no le habían cobrado este cargo en la cuenta. Sin embargo, la tarifa por propina sí apareció en la factura de todos los amigos de Bella.
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Melissa dice que la mayoría de las veces su hija deja una propina en efectivo cuando come en el comedor. De hecho, Bella estaba dejando dos propinas. Melissa expresa que el "impuesto a adolescentes" que estableció el restaurante era injusto y que a los chicos no se les estaba dando ni voz ni voto en el asunto.
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Un abogado del restaurante dice que los niños suelen entrar al restaurante en grupos grandes y que algunas veces permanecen sentados por más de una hora sin comprar nada más que una o dos cosas.
El defensor también comenta que la mayor parte del tiempo los chicos no dejan propina. Por esta razón, el abogado dice que el restaurante agrega el cargo de la propina. Además explicó que el personal de servicio en el restaurante sufriría pérdidas por el tiempo que los adolescentes pasan en el local sin que les cobraran la propina.
Para Melissa, las palabras del abogado no fueron suficientes para justificar el recargo. Expresó que sentía que los adolescentes debían ser sometidos a las mismas condiciones que los demás clientes del restaurante. Melissa va tan en serio al respecto con esto, ya que para ella es una injusticia para los jóvenes, que dice que no frecuentará más el restaurante.
¿Qué opinas de los cobros extras a los adolescentes por comer en el restaurante? ¿Estás de acuerdo con lo que siente Melissa en cuanto al "impuesto" a los adolescentes? Comparte esta historia con las personas que consideras tus amigos para que siempre revisen sus cuentas.