Abuela de 91 años baila alegremente con su médico tras superar una delicada cirugía
Abr 16, 2019 by apost team
No importa si tienes más de cien años, o si solo eres un niño pequeño. En todos los casos, es fundamental pasar la vida haciendo lo que nos gusta hacer. Y sin importar qué tan viejos nos pongamos antes de dejar este mundo, siempre podemos ser jóvenes de corazón.
Julia Tourtellotte, originaria de Carolina del Norte, sintió que eso era particularmente cierto. El año pasado cumplió sus 91 años y no dejó que nada retrasara sus planes. En su comunidad tiene fama de ser una abuela cariñosa, pero también es una coreógrafa muy aplicada.
Le dijo a la prensa local que mover su cuerpo al ritmo de la música la hace sentir muy bien. Le encanta bailar. Sin embargo, su amor por el baile es específico: ¡Le encanta zapatear al ritmo del clogging!
Pero el año pasado se percató de que estaba empezando a sentir un dolor agudo en la pierna. Al principio, fue a un médico que le puso algunas inyecciones. Pero cuando estas inyecciones ya no hacían que se sintiera mejor, decidió buscar otras opciones.
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Una de las primeras cosas que hizo fue reunirse con el Dr. Abino D'Agostino, que trabajaba en el Centro Médico Trident. Es un neurocirujano que estaba desarrollando una cirugía innovadora. Julia fue sometida a una cirugía en la columna vertebral que la ayudó a volver a su vida normal en un abrir y cerrar de ojos, y poco después pudo regresar al mundo del baile.
El doctor D'Agostino utilizó un brazo robótico para realizarle la cirugía en la columna vertebral, la cual suponía un riesgo importante para una persona de edad tan avanzada como Tourtellotte. Su baile y su actividad constante la convirtieron en una buena candidata para la novedosa cirugía, porque gozaba de buena salud a pesar de tener nada menos que 91 años.
El doctor declaró que ella era inigualable. Cuando entró en la clínica, Julia se echó a reír y toda la oficina pudo admirar su gran energía. Tras la cirugía, la instructora de clogging del centro Faith Sellers para personas mayores logró hacer que Julia recuperara el ritmo rápidamente.
Incluso regresó al hospital unos meses después, para mostrarle al médico lo bien que le iba.
Bailó por los pasillos con su médico, para sorpresa de todos.
Estaba decidida a no dejar que su edad la afectara, ni que le impidiera hacer las cosas que tanto le gustaban. Ella quería vivir tanto como fuese posible, y no iba a dejar que el dolor la detuviera. Solo necesitaba un poco de ayuda para lidiar con ese dolor.
¡El doctor comentó que su habilidad en la pista de baile no estaba ni remotamente cerca de la de las abuelas!
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