A sus 83 años, Ali MacGraw lleva una vida tranquila dedicada a los animales y rodeada por la naturaleza

Abr 06, 2023 by apost team

Si nos ponemos a pensar en actrices emblemáticas de los años 70, es probable que nos acordemos de Ali MacGraw. Se dio a conocer por sus papeles en películas como "Goodbye, Columbus" y "Love Story", pero también fue modelo y activista por los derechos de los animales. MacGraw es embajadora de la organización benéfica Animals Asia y ha colaborado con People for the Ethical Treatment of Animals (PETA). Su nombre de nacimiento es Elizabeth Alice MacGraw y nació en Pound Ridge, Nueva York, Estados Unidos.

Ganó dos Globos de Oro a lo largo de su carrera actoral, y fue nominada al Óscar a mejor actriz. También tuvo el honor de que sus manos y pies fueran conmemorados frente al Teatro Chino de Grauman, en Hollywood, California. En 1972 fue elegida como la estrella femenina más taquillera del mundo. Esta guapísima actriz también tuvo una incipiente carrera como modelo y trabajó como ayudante de fotografía durante seis años.

MacGraw tuvo una juventud difícil, luchando contra la adicción al alcohol y otras sustancias. Sin embargo, lleva muchos años sobria gracias a su esfuerzo, a los programas de rehabilitación y al apoyo de sus seres queridos. Desde entonces se convirtió en una inspiración para muchas personas que siguen batallando contra esos problemas. MacGraw habla abiertamente sobre sus experiencias personales con las adicciones y ha ayudado a romper los dañinos estigmas que rodean a los temas relacionados con la salud mental.

Sin duda, mucha gente se inspira en las celebridades. A sus 83 años, MacGraw es el epítome de la belleza eterna y su vida fue de todo menos común. Trabajó en una revista de lujo como editora y pasó por tres matrimonios que terminaron en divorcio. Ahora vive una hermosa vida, con una tranquilidad que no había disfrutado antes. Sigue leyendo para que descubras más sobre la vida actual de MacGraw y para que veas sus últimas fotos.

MacGraw nació el 1 de abril de 1939, que es el Día de los Inocentes en Estados Unidos. Sus padres eran artistas y ella estaba en camino de forjarse su propia carrera artística en el Wellesley College. Su madre era judía, pero le había ocultado su ascendencia al padre de MacGraw, porque sospechaba que era antisemita.

Su padre tuvo una infancia dura: creció en un orfanato, de donde se fugó cuando tenía 16 años. Estudió arte en Múnich, Alemania, y después se trasladó a Estados Unidos. MacGraw afirma que su papá realmente nunca superó haber sido abandonado por sus padres cuando era niño.

La actriz habló sobre su infancia en una entrevista que le concedió a Vanity Fair en 2010, en la que describió su antigua vida familiar como "horrible". MacGraw vivía en una casa sin puertas con sus padres y su hermano, en una reserva natural de Pound Ridge, con una pareja de ancianos con los que tenían que compartir la cocina y el baño. Su madre, Frances, mantenía a la familia haciendo encargos de arte comercial, pero según ella, eso hacía que su padre se sintiera castrado, porque él era el "verdadero artista" de la casa. A pesar de ello, su padre nunca lograba vender los cuadros que pintaba.

"En los días buenos era genial, pero en los días malos era horrible", dijo MacGraw sobre su padre. La actriz intentaba ser la mediadora y pacificadora de su familia y aseguró que ponía toda su energía en "intentar corregir el caos que tenían en sus vidas".

Después de graduarse, consiguió el codiciado puesto de ayudante de redacción en Harper's Bazaar, donde ganaba 54 dólares a la semana, y empezó a trabajar como ayudante de fotografía. Fue durante esta etapa cuando la contrataron para ser modelo, después de que alguien de su trabajo decidiera que era demasiado guapa para que estuviera tras las cámaras.

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A pesar de sus humildes comienzos, MacGraw era muy trabajadora y se hizo un nombre tanto en la industria de la moda como en la del cine. Empezó a aparecer en revistas y anuncios de televisión en todo el mundo y uno de sus trabajos más notables fue el de la chica de la playa en los anuncios de la cámara Polaroid Swinger, en la década de 1960. Otro anuncio popular en aquella época fue el que hizo para International Paper, en el que aparecía con un bikini de Confil nadando en el océano, para mostrar la durabilidad del producto.

Poco después irrumpió en la industria cinematográfica, protagonizando la película de 1969 "Goodbye, Columbus", con lo que tuvo su debut en el cine. Su trabajo en la película le valió el Globo de Oro a la actriz revelación del año. Después protagonizó muchas otras películas que se convirtieron en clásicos, como "Love Story", "La huida" (en la que actuó junto a Steve McQueen) y la versión de 1974 de "El Gran Gatsby".

De acuerdo con una entrevista que le concedió al Sydney Morning Herald, MacGraw no sentía mucha confianza en sí misma como actriz y solía ponerse nerviosa durante las grabaciones.

"Estuve con miedo en cada minuto de mi carrera cinematográfica", le aseguró al entrevistador.

Pero a juzgar por los elogios que recibió por sus películas, MacGraw no dejó que los nervios se apoderaran de ella.

La mayor parte de la ansiedad de MacGraw se debía a que no tenía mucha experiencia como actriz, más allá de los anuncios que hizo al principio de su carrera. "No tuve tiempo para ir a una escuela de actuación. Admiro a los actores de cine que se han formado adecuadamente, pero también creo que tienes que vivir tu propia vida, para tener algo en lo que basarte", señaló MacGraw en la misma entrevista.

El primer matrimonio de MacGraw fue con Robin Hoen, un banquero que estudió en Harvard. Estuvo saliendo con él durante cinco años, hasta que se casaron en 1961, después de que ella se graduara en el Wellesley College. Por desgracia, se divorciaron solo un año y medio después.

Sin embargo, MacGraw no dejó de buscar el amor. En 1969 se casó con el productor cinematográfico Robert Evans, conocido por su trabajo en "El bebé de Rosemary" y "El padrino". Con él tuvo un hijo, Josh Evans, quien también trabaja en la industria del entretenimiento como actor, director, productor y guionista.

La pareja se divorció en 1972, después de que se hiciera pública la aventura que tuvo MacGraw con McQueen durante el rodaje de "La huida". La actriz se casó con McQueen en 1973, pero su relación fue tumultuosa y se divorciaron más tarde, en 1978. Según Vanity Fair, MacGraw no recibió "ni un céntimo de indemnización" por el divorcio.

Sobre McQueen, MacGraw dijo lo siguiente: "Era un hombre que podía entrar en cualquier habitación y (cualquier) hombre, mujer y niño diría: 'Vaya, ¿quién es ese?'. Y yo no era la excepción. Era increíblemente atractivo la mayor parte del tiempo, pero también era peligroso, tenía un chico malo por dentro".

La autobiografía de la actriz, Moving Pictures, brinda más detalles sobre su vida personal, incluyendo su atribulada relación con McQueen. Según People, la autobiografía fue un proyecto muy laborioso, ya que la actriz tardó cerca de dos años en escribirla. "He trabajado más en esto que en ninguna otra cosa", reveló ella misma. "Muchas cosas que he hecho han sido percibidas como fáciles. Quiero que esto se sienta auténtico".

"Ojalá hubiéramos envejecido sobrios los dos. Tuvimos días maravillosos y días terribles. No soy una víctima en modo alguno", explicó MacGraw. "Hubo muchos momentos que fueron simplemente maravillosos, y otros que fueron simplemente espantosos".

Una de las partes difíciles de su relación eran las expectativas que McQueen tenía en cuanto a su esposa, que no incluían una exitosa carrera cinematográfica.

"Ni siquiera podía ir a clase de arte, porque Steve esperaba que su 'señora' estuviera en casa cada noche, poniendo la cena en la mesa", le confesó la actriz a la revista People en 1991.

Al final, MacGraw asumió la responsabilidad de su ruptura con la actuación, pero dijo que el deseo de McQueen era que no trabajara mientras estuvieran casados. "Tomé decisiones. Me enamoré con demasiada facilidad y no hice lo que debía. Nunca recibí formación como actriz y eso fue una estupidez de mi parte", reconoció.

Recordando sus relaciones pasadas, MacGraw le dijo lo siguiente al Sydney Morning Herald: "Diría que la mayoría de nosotros empezamos con una infancia complicada, todo el mundo hace lo que puede y mete la pata. Soy madre, seguro que lo he hecho. Y creo que hay que pasar por eso, atravesar el fuego, llorar lo que hay que llorar, expresar la rabia. Todo eso pasó hace 50 años, no puedo guardar eso en mi corazón ahora". MacGraw ha superado realmente el pasado y se ha enfocado en tener un mejor futuro.

En 1986, MacGraw se sometió a rehabilitación por drogas en el Centro Betty Ford, experiencia que describió como su salvación. "Mi estancia allí fue la experiencia más aterradora, pero la que más me cambió la vida", señaló.

MacGraw continuó: "Lo más importante que me pasó fue que acepté que existe un poder superior. Y empecé a sentir una paz subyacente y una sensación de orden que siempre había anhelado".

Esa sensación de paz se nota en la forma en que MacGraw habla sobre su vida actual. "Ya no reprimir mi ira, fingiendo que todo es maravilloso solo para gustarle a la gente, aunque esté hirviendo por dentro. Pero para cambiar eso se necesita trabajo y concentración. No podría haberlo hecho yo sola. Así que pasan los años. Tengo suerte, soy afortunada y me siento feliz, y hago las cosas lo mejor que puedo", le dijo MacGraw al Sydney Morning Herald.

En 2010, cuando cumplió 70 años, le declaró a Vanity Fair que casi todos los hombres de su pasado la habían llamado.

Contó:

"Esa es otra cosa que se consolida cuando uno envejece: examantes, exmaridos, hijos, novias, amigos gays... toda esa pandilla de seres humanos son un regalo. Ahora el tiempo es muy valioso. Tengo demasiados libros que no he leído, demasiada música que no he escuchado y demasiadas llamadas de larga distancia con personas que no puedo ver. Así que me levanto muy temprano, a las 6:30. Soy disciplinada en muchos sentidos. Y aunque suene muy a Pollyanna, empiezo todo desde la gratitud".

En una entrevista de 2017, MacGraw dijo que llena sus días viviendo "en una comunidad pequeña y con muchas causas que necesitan ayuda", ahora que no trabaja como actriz. También dedica su tiempo al voluntariado para causas de bienestar animal.

Sin embargo, afirma que puede que se haya vuelto demasiado devota: "Tengo que contenerme para no traer más perros callejeros a casa". Ha estado viviendo en su "casita" de Santa Fe, Nuevo México, desde principios de la década de 1990.

Según AARP, la vida actual de MacGraw consiste en una rutina de actividades tranquilas, que empiezan antes del amanecer. Está rodeada de sus animales, suele hacer pilates y yoga, y sale a pasear todos los días. Según ella, esa es su "meditación". También dedica "45 minutos diarios de gratitud por todo (lo que) se me ha dado".

MacGraw vive en Nuevo México desde 1993, cuando su casa en Malibú, California, se quemó debido a un incendio forestal. Después de aquella tragedia, la famosa actriz se fue a vivir con unos amigos a las afueras de Santa Fe y quedó totalmente enamorada del lugar. "Me encanta cuando te adentras en Nuevo México, donde no hay nadie, el paisaje es totalmente asombroso: el cielo, el aire limpio, kilómetros interminables de paisajes", expresó al Herald-Tribune.

En la misma entrevista, MacGraw añadió: "Una de las cosas afortunadas para alguien de mi edad es que soy abierta y curiosa. Me siento mal si quiero hacer algo y descubro que no puedo. No soy feliz cuando no estoy haciendo algo creativo". Esto parece un indicio de que la estrella podría participar en proyectos artísticos en el futuro.

Como icono de la moda, el estilo de MacGraw ha ido cambiando para adaptarse a su ambiente actual. Le dijo al Sydney Morning Herald que suele llevar "más o menos lo que llevo ahora. Vaqueros o pantalones ajustados, un top sencillo, bastante joyería tribal, mexicana o afgana (cosas por el estilo), zapatillas y bufandas y chales". Parece el atuendo perfecto para relajarse o trabajar en proyectos creativos.

A pesar de tener más de 80 años, MacGraw se mantiene ocupada con su activismo. "Firmo y hablo de todo lo relacionado con el medio ambiente, todo lo que se te ocurra. No soy capaz de donar un montón de dinero, pero tengo mi voz y la utilizo cuando me la piden. En Santa Fe tenemos una comunidad muy concientizada con los animales y yo soy una psicópata con eso", le dijo al Sydney Morning Herald.

Según el Herald Tribune, MacGraw también ha sido embajadora de la línea de moda mundial femenina Ibu Movement. Además, recibió el Premio a la Educación Humanitaria de la Protectora de Animales de Nuevo México, por su amplia labor como defensora de los derechos de los animales. Puede que MacGraw sea más famosa por su faceta como actriz, pero su dedicación de toda la vida a ayudar a los animales merece el mismo reconocimiento.

Ahora que se está haciendo mayor, está empezando a tener distintas posturas sobre la vida. "En noviembre empecé a despertarme en medio de la noche, pensando: 'Dios mío, voy a cumplir 80 años'. El resto del viaje es muy corto comparado con el que tengo detrás'. Nunca me había sentido así". Ahora MacGraw tiene 83 años, y sigue estando tan sana y radiante como siempre.

La famosa actriz aceptó su envejecimiento y empezó a abrazar el tema gracias a su amiga personal, la periodista Gloria Steinem. En su entrevista con el Sydney Morning Herald, MacGraw afirmó rotundamente: "Me encantó el comentario de Gloria Steinem, quien tiene mi edad y es amiga mía, cuando alguien le dijo: 'Vaya, Gloria, estás estupenda para tener 40 años'. Ella respondió: 'Así es como se ven los de 40'. Y yo digo: 'Así es como nos vemos las de 80'".

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