11 hábitos de crianza no saludables que pueden dañar a los niños para toda la vida

Jun 05, 2018 by apost team

Tener un hijo es definitivamente una experiencia que te cambia la vida. Cambia completamente tu enfoque de vida y te da una nueva perspectiva. De repente, te das cuenta de la gran responsabilidad que tienes para guiar la vida de tus niños. ¡Te das cuenta de que la influencia que tienes podría dirigir a tus hijos a un camino positivo o negativo para toda su vida! La mayoría de los padres quieren ser realmente una buena influencia para sus hijos. Pero el comprender el cómo lograr esta tarea puede llegar a ser un reto.

A pesar de que cada niño es único, hay ciertos principios para los padres que pueden beneficiar a cualquier niño. También existen algunos problemas graves que deben evitarse. La siguiente lista contiene algunos ejemplos principales sobre los tipos de hábitos de crianza no saludables que debes evitar si quieres tener un impacto positivo a largo plazo en la vida de tu hijo.

El compartir este artículo con los demás puede hacer una diferencia real en el bienestar social, mental, físico y emocional de un niño.

1. No mostrar o esperar respeto por el espacio personal

Algunos padres no esperan que sus hijos respeten su espacio personal. Otros padres no respetan el espacio personal de sus hijos. Algunos fallan en las dos cuestiones. Ambos extremos no son saludables y no enseñan a los niños lo necesario sobre los límites.

Cuando hablamos de espacio personal nos referimos a cuando puedes entrar a la habitación de tu hijo sin tocar la puerta. O permitirles que ellos hagan lo mismo contigo. Es importante enseñarles a los niños que deben tocar la puerta. Puedes, e incluso debes tener áreas en el hogar en donde los niños sepan que están fuera del límite. Estas pueden ser áreas en donde podrían estar invadiendo tu privacidad, como los lugares en donde guardas tus objetos maritales. Ellos necesitan saber lo importante que es tener tu propia privacidad.

Hazles saber que ellos también pueden tener su espacio personal. No tienes que estar constantemente detrás de su hombro para saber lo que están haciendo. Aunque la supervisión y el involucrarse con tus hijos es muy importante, ellos necesitan saber que pueden pasar tiempo en su cuarto a solas y que si necesitas verlos vas a tocar de manera educada a su puerta. Predica con el ejemplo y enséñale sobre los límites saludables de respeto.

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2. Falta de estímulos y halagos

Muchos padres que se consideran "tradicionales" creen que la crianza debe incluir una disciplina severa. Se apoyan principalmente en los castigos para que sus hijos obedezcan. Mientras estas tácticas puedan generar obediencia, no son suficientes para construir el tipo de conexión que se necesita para lograr una relación saludable entre padre e hijo.

En vez de correcciones, los niños necesitan muchos estímulos. Muchos niños que no obtienen la aprobación y los halagos que necesitan por un trabajo bien hecho terminan por sentirse infelices e inseguros. Sienten que tienen que seguir intentando ganar tu aprobación y nunca pueden lograrlo.
Así que aprende a identificar la diferencia entre un comportamiento rebelde que necesita ser castigado y los pequeños errores que todo niño comete. Cuando un niño comete un error, dale ánimos y dile que sabes que lo harán mejor la próxima vez. Ellos necesitan saber que fallar de vez en cuando no significa que son unos fracasados. ¡Y no olvides halagarlos cuando tengan éxito!

3. Tener una actitud muy crítica hacia tu hijo

Este punto es la otra cara del punto anterior. Los padres que se guardan naturalmente para sí mismos las palabras de ánimo y los halagos hacia sus hijos caen en el hábito de ser sumamente críticos con sus hijos. Estos niños terminan sintiéndose derrotados por completo. Ellos crecen pensando que nunca valdrán nada y que nunca harán nada bien.
La próxima vez que te des cuenta de que estás regañando a tu hijo por un pequeño detalle, tómate un momento para pensar. ¿Realmente este problema es tan grave como para que tu hijo reciba una reprimenda? Si realmente necesitas corregirlo, trata de hacerlo de forma suave y amable, de la manera en la que a ti te gustaría que alguien te confrontará sobre un problema en tu vida. Y es muy importante que lo hagas con palabras positivas, al menos al doble de las palabras negativas que utilices.

4. Inconsistencia en la imposición de las reglas

Cuando estableces las reglas en tu hogar, es muy importante que tus niños sepan que deben obedecerlas. Si no hay consecuencias por romper las reglas, los estás educando para una vida en donde no respeten las reglas fuera de casa. Esto puede llevar más tarde a la delincuencia o a un desastre en su vida.

Así que, cuando establezcas una regla, tal como estar en casa a cierta hora, hazle saber a tu hijo directamente cuál sería la consecuencia si rompe las reglas. Después cumple con el castigo cada vez que se rompan las reglas. Si no lo haces, le estarás dando mensajes mezclados y enseñándole a tu hijo que puede manipularte para no cumplir las reglas por completo. Por muy difícil que sea, es muy importante que seas consistente y que te mantengas firme. ¡Es muy probable que te lo agradezca cuando sea adulto!

5. Sofocar a tu hijo

Es maravilloso ser el tipo de padre que pasa mucho tiempo con su hijo. Pero incluso este tipo de lazo puede llevarse a un extremo no saludable. A ningún niño le gusta sentirse sofocado por sus padres.

Cuando los hijos son pequeños es normal que pasen mucho de su tiempo con sus padres. A medida que van creciendo, necesitas permitirles el salir con sus amigos para que tengan un poco de independencia. Está bien el dejarlos salir con amigos cuyos padres conoces o dejarlos que se involucren en actividades deportivas y recreacionales. El que les des su espacio les ayudará a desarrollar habilidades para la toma de decisiones y eso lo necesitarán cuando sean adultos.
Y el no sofocar a tus hijos no sólo se refiere a no pasar mucho tiempo con ellos. También incluye el enseñarles un poco de independencia en cosas como el arreglo personal, los deberes escolares y las tareas domésticas. No quieres terminar criando a un hijo que no puede pensar o resolver las cosas por sí mismo.

6. Hacer todo por ellos

El objetivo principal de un padre es guiar a su hijo para que sea un adulto educado e independiente algún día. Eso no se logra en un día. Y nunca pasará si te haces cargo de todas las necesidades de tu hijo desde el momento en que es un bebé hasta que empieza a ir al colegio.

Si tu niño no sabe cocinar una pasta o tampoco sabe lavar su ropa en su primer año del colegio, eso es un problema. Al crecer, los hijos van construyendo su confianza en sí mismos aprendiendo a hacer cosas prácticas como manejar un coche, cortar el césped, lavar su ropa y cocinar. No tienen que ser un chef gourmet, pero al menos deben saber cómo sobrevivir su no estás presente.

No caigas en el mal hábito de tratar a tus hijos como niños pequeños que necesitan que les hagas todo por el resto de sus vidas. Si lo haces, no te sorprendas si terminan viviendo en tu sótano por largo tiempo al llegar a la edad adulta.

7. Hacerle bullying a tu hijo

Algunos padres sienten que la única forma para que sus hijos obedezcan es generarles miedo. Estos padres acudirán a las amenazas, a los gritos y hacer cualquier cosa que necesiten para intimidar a sus hijos y hacerlos sumisos. Los resultados de estas tácticas son desastrosas.

Los padres que intimidan a sus hijos probablemente no tengan una buena relación a largo plazo con ellos cuando sean adultos. Sus hijos tendrán miedo al acudir a ellos cuando tengan problemas porque serán ridiculizados por sus padres o algo peor.

Hay una diferencia entre ser justo al poner un poco de disciplina y el ser malo y cruel. No trates a tus hijos como alguien que hace bullying en el recreo. En vez de eso, dales amor, afecto y comprensión incluso cuando cometan errores.

8. Padre helicóptero

Este estilo de crianza, conocido como el estilo "helicóptero", es muy común en la sociedad actualmente. Desafortunadamente, está criando a muchos niños malcriados y consentidos que corren hacia sus padres a la primera señal que les indique que no se saldrán con la suya. Así que, como padre, ¡es tu deber asegurarte de que tus hijos no se están criando de esta manera!

Los padres helicóptero son aquellos que siempre hacen todo lo posible para que su preciado hijo sea siempre el centro de atención, consiga el papel principal de la obra o que no se meta en problemas cuando rompe una regla. No seas ese tipo de padre. Tu deseo de ser un escudo para tu hijo de las consecuencias del mal comportamiento o el hacer la vida artificialmente fácil para él está destinado a ser contraproducente cuando salga al mundo real.

9. No prestarles atención a tus hijos

Vivimos en una era distraída. La tecnología ha llevado a la agonía de las relaciones personales. No dejes que tu teléfono, o tu trabajo, o tus propios hobbies se apoderen de tu vida al punto de que no prestes atención a tus hijos.

Cuando quieran hablar contigo, dales toda tu atención a menos de que tengas algo realmente urgente que debas hacer en ese momento. Si realmente tienes algo urgente, hazles saber que en cuanto termines quieres escuchar lo que quieren decirte.

Algunas de las cosas que le interesan a tus hijos pueden ser aburridas para ti. Es normal. Pero tienes que hacerles saber qué quieres escuchar lo que quieren decirte porque los consideras importantes.
Cuando tus hijos están hablando sobre algo que parece trivial, quizá ellos decidan hacerte una pregunta importante o abrirse sobre algo que les esté molestando. Pero si estás muy absorto en tu propia vida para escucharlos, ellos pronto entenderán que no te interesa su vida y muy probablemente empezarán a confiar en alguien más.

10. Criar a tus hijos de manera perezosa

Muchos padres son francamente perezosos cuando se trata de criar a sus hijos. No se molestan en hacerles comidas nutritivas. La comida rápida y la pizza son la norma. No les importa pasar tiempo de calidad juntos. En vez de eso, dejan que la televisión y la tablet sean la niñera.

Este tipo de padre en piloto automático termina criando niños perezosos y asociales, los cuales no saben hacer nada. También puede generarles obesidad y no desarrollar hábitos de higiene. Puede causar también que tengan problemas en la escuela si eres tan flojo que no le ayudas con sus deberes. Así que levántate y haz lo que te corresponde como padre en vez de tomar el camino de la menor resistencia y hacer sufrir a tu hijo por la negligencia.

11. Fallar en ser una figura de autoridad

Muchos padres se sienten más cómodos comportándose como un amigo o un hermano mayor en vez de tomar el rol de padre en la vida de sus hijos. No quieren sentir la presión de hacer enojar a sus hijos cuando no les permiten hacer lo que quieren hacer. Así que continuamente cumplen todos los deseos de sus hijos.

La verdad es que, a largo plazo, a los niños les molesta que los padres no se suban al plato y les den la estructura que tanto necesitan. Los niños no saben lo que es lo mejor para ellos la mayoría del tiempo. Cuando ellos sienten que no les vas a dar ninguna dirección, se terminarán sintiendo perdidos e inseguros hacia donde voltear para recibir instrucciones.

Es normal en los niños, incluso en los adolescentes, el preocuparse por lo "estricto" que eres solo para imponer una norma razonable. No cedas a la presión para ceder a sus demandas. Con paciencia y firmeza continúa siendo el padre en vez de buscar su aprobación como si fueras un amigo. Con el tiempo, es muy probable que estén más agradecidos de que hayas sido capaz de apoyarlos y decirles lo que debían hacer en vez de decirles lo que quieren escuchar.

Esperamos que esta lista te dé una idea sobre los errores comunes de crianza que debes evitar. Nunca serás el padre perfecto, y eso está bien. Pero tratar de mejorar es una meta que vale la pena ya que les dará una ventaja en la vida a tus hijos.

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