Una mujer crió a un "perrito" durante un año y acabó descubriendo que no era un perrito como ella creía.
Dic 03, 2018
¿Y si alguien te dijera que tu querido amiguito de cuatro patas no es realmente quien pensabas que era? Puede sonar un poco raro, pero para la Sra. Wang, una mujer de China, esto fue lo que pasó. La Sra. Wang estaba criando a un perrito que había comprado bajo la creencia de que era un perro de raza Spitz japonés.
Se enamoró del precioso perrito, y durante meses lo crió como a tal. A medida que este crecía, la mujer se dio cuenta de que había algo raro en él. Su apariencia comenzó a cambiar drásticamente y su pelaje se volvió grueso, como el de un animal salvaje.
Su cara se tornó puntiaguda y la cola era más larga que la de cualquier perro normal que hubiera visto antes. Incluso podía percibir cómo otros perros parecían tener miedo de su precioso cachorro. Pero, ¿por qué pasaba esto?
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Decidió consultarlo con alguien para para averiguar qué estaba pasando con su querido perrito. Un miembro del personal del zoológico local se quedó de piedra al enterarse de lo que esta mujer tenía como mascota. Su amiguito no era un perrito, sino un zorro.
Es sabido que los zorros pueden tener cierta similitud a los perritos cuando son jóvenes, pero una vez que crecen, las diferencias son más obvias. Pero entonces, ¿cómo acabó la Srta. Wang con un zorro como mascota? En Asia hay muchos zorros y se pueden comprar en muchas tiendas de mascotas para criarlos como animales domésticos.
Sin embargo, en algunos sitios no dicen que son zorros y los venden como si fueran perros, engañando a los dueños que crían a estos como si fueran cachorros de perro.
La perra japonesa Spritz que la Sra. Wang pensó que había recibido es considerada una de las mejores razas de perros, y precisamente por eso se había decidido a criar una. Estos perros son conocidos por ser fieles, afectuosos y encantadores, y tienen una apariencia adorable.
Cuando la Sra. Wang descubrió que estaba criando a un zorro, no sabía muy bien cómo manejar la situación. El zorro ya no se comía la comida para perros o el pollo que ella le daba, así que decidió que lo mejor era dejarle en el zoológico para que fuera atendido por profesionales que supieran cómo cuidarlo.
Ahora, el pequeño zorro lleva una dieta adecuada, tiene a expertos que pueden atender sus necesidades médicas y puede estar cerca de animales de su propia especie. Ahora que has conocido esta historia, es importante que tengas cuidado a la hora de adoptar a una mascota. Criar a un zorro sería una tarea muy difícil, ya que probablemente destruiría todas tus pertenencias y tu casa.
Asegúrate muy bien de lo que haces antes de adoptar a cualquier animal.
¿Qué opinas de las tiendas de animales que hacen pasar a los zorros por perros? ¿Qué habrías hecho tú si hubieras estado en la piel de la Sra. Wang? ¡Dinos los que piensas en la sección de comentarios de abajo y asegúrate de compartir esta historia con todos tus conocidos!