Un pingüino viaja más de 8.000 kilómetros cada año para reunirse con el pescador que lo rescató
Abr 24, 2020
Un amante de los animales, Joao Pereira de Souza, de 74 años de edad, se encontró con un pingüino que estaba luchando por no morir en una playa en las afueras de Río de Janeiro en 2011. El instinto protector de Joao hizo que se decidiera a rescatar al pingüino y a cuidarlo hasta que este recuperara su salud.
Poco sabía que su acto de pura bondad daría lugar a una relación a largo plazo con el pingüino.
Joao encontró al pingüino moribundo y agonizando de dolor y por la falta de comida, yaciendo indefenso. El pingüino estaba cubierto de petróleo. Joao se dedicó durante una semana entera a limpiar al pingüino. En cuanto el pingüino pudo mantenerse de pie y estuvo recuperado, Joao lo liberó de nuevo a la naturaleza. Para su sorpresa, pasó un año y el pingüino regresó al mismo lugar donde había sido salvado por Joao. Se fueron juntos a casa. Parece que es por gratitud, que el pingüino visita a Joao cada año en el mismo lugar, a unos 8.046 kilómetros de donde vive.
Con el tiempo, Joao y el pingüino se convirtieron en algo más que conocidos y ahora ya son amigos. Incluso le puso como nombre a este pingüino de magallanes, Dindim. Los dos cuidaron su amistad e incluso pasaron ocho meses juntos antes de volver a la zona costera de Chile y Argentina a tiempo para la cría.
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Esta peculiar amistad entre el hombre y el pingüino atrajo la atención de los medios de comunicación, y por esto Globo TV tuvo una entrevista con el anciano. Joao confesó amar al pingüino como a su propio hijo y afirmó creer que era un sentimiento mutuo, tal como este confiesa a GT Goodtimes.
Continuó afirmando que el pingüino se había vuelto tan amistoso al estar junto a él, que le permitía tocarlo y alimentarlo como quisiera. A cualquier otra persona que intentara tocarle la picotea.
El anciano también se dedica a alimentar a Dindim, lo que le ayuda recuperarse completamente. Las vacaciones del pingüino con Joao suelen programarse todos los años en junio y terminan en febrero, marcando ocho meses anuales.
Notarán la alegría y la emoción del pingüino cada vez que ve a Joao: mueve su colita, y hace un sonidito como señales de felicidad. El exalbañil de 74 años se enorgullece del estrecho vínculo especial entre él y Dindim. Cree que el pingüino actúa así en su creencia de que Joao es parte de su familia, según informa el Winkflashblog.
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