Un nuevo estudio confirma que este molesto "hábito de mamá" hace que sus hijas sean más exitosas

Sep 20, 2018

La vida no viene con un manual de instrucciones, pero viene con una mamá. Ser madre es uno de los roles más agotadores y no se recibe un pago por ello. Pero para una madre, es igualmente gratificante. Desde hacer diligencias hasta ocuparse de tareas pequeñas pero muy importantes, el día de una madre nunca termina.

A medida que crecemos, tendemos a depender de nuestras madres, y podemos confundir su constante presencia con regaños. Pero la buena noticia es que se dice que las mamás regañonas crían hijas exitosas. La lógica es simple. Las madres que están más al pendiente de sus hijas desarrollan un mejor lazo de confianza con ellas. Las guían con el ejemplo y fijan estándares muy altos para sus hijas, lo cual previene problemas actuales comunes tales como embarazo en la adolescencia, depresión y otras enfermedades de salud mental.

El educar a los hijos no es algo fácil, y se vuelve cada vez más difícil cuando llegan a la adolescencia.

Sin embargo, las mamás regañonas motivan a sus hijas a priorizar su educación y perseguir sus sueños.

Un reciente estudio de la Universidad de Essex observó por 10 años a 15,500 niñas de entre 13 y 14 años y arrojó que las chicas con madres regañonas y estrictas tienden a ser más exitosas en el futuro comparados con aquellas con madres menos regañonas.

Crecen con un recordatorio constante de que deben trabajar duro, ser gentiles y nunca rendirse. Y la mayoría lo aprenden de las acciones de sus dedicados padres, especialmente de la madre.

Así que si eres una mamá regañona, y las pequeñas discusiones con tu hija te hacen sentir mal, aguanta un poco más. Eventualmente ella agradecerá tu apoyo incondicional. Quizá ella ahora no lo valore, pero hay grandes posibilidades de que recuerde todas las lecciones que le has enseñado y eso le dará fortaleza en el futuro.

Si sentiste un poco de alivio al leer este artículo, entonces compártelo con tus amigas para hacerles saber que no es malo ser una mamá regañona.