Un chico se encuentra todos los días con su peculiar amiguita: una mantarraya
May 28, 2020
Los niños suelen desarrollar fuertes lazos con los animales. Esto suele ocurrir cuando un niño o niña tiene un perro o un gato junto al que crece. En muchos casos, también incluye a otros tipos de animales, como tortugas, pájaros y hámsters. Sin embargo, esta historia de un niño y una mantarraya que se hacen amigos es, probablemente, una historia bastante única. En Valle Gran Rey, un pequeño pueblo de pescadores de la isla La Gomera, en España, un niño llamado Joel se sienta en los escalones del puerto cada mañana hasta que su amiga mantarraya llega y la puede alimentar.
No, no tiene una mantarraya en casa. Sin embargo, se sienta en un muelle todas las mañanas esperando a que su amiga mantarraya venga a saludarle, y ese ritual diario probablemente ha empezado a significar tanto para el animal como para el niño.
Joel vive en Valle Gran Rey, un pequeño pueblo de pescadores de 4.000 habitantes, situado en las Islas Canarias, España. De hecho, según Animal Channel, el hecho de ser una comunidad pesquera tan dedicada tiene mucho que ver con el motivo por el que las mantarrayas y animales similares tienden a visitar regularmente la zona, ya que pueden consumir lo que los pescadores devuelven al mar.
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Todas las mañanas, Joel se dirige a las escaleras del puerto, esas que van directamente al agua, y espera pacientemente a su amiga. Cada día, la mantarraya llega hasta donde está el chico, y gentilmente recibe una palmadita en su espalda. En algunas ocasiones, Joel se adentra un poco más en el agua, ya que cuando acaban los escalones puede caminar un rato por un camino de cemento que está situado unos centímetros por debajo de la superficie del agua.
Un vídeo de YouTube, publicado en 2013, capta uno de esos momentos especiales. En él, frota la espalda de la mantarraya y salpica su mano en el agua, para que la raya vuelva, y lo hace. Muchos están mirando hacia el muelle con asombro, por lo cerca que la mantarraya permite que el chico esté de ella, así como por la forma de interactuar entre ambos.
Algunos pescadores incluso vienen a darle a Joel algunos camarones para que alimente a la mantarraya, lo cual hace, para el deleite del animal marino. Después de ser acariciada unas cuantas veces más, se hunde de nuevo en el agua para seguir con sus aventuras marítimas.
En general, las mantarrayas son conocidas por el veneno que llevan en sus aguijones, pero no son agresivas y solo usan esa arma cuando se sienten amenazadas, tal como se explica en Oceana. Obviamente no es el caso aquí, ya que esta mantarraya está claramente a gusto con este chico.
¿Alguna vez te has echado una amistad atípica con un animal como la mantarraya? ¿Conoces a alguien que lo haya hecho? Cuéntanoslo todo y asegúrate de compartir este vídeo con tus amigos y familiares.