Un carpintero pasó veinte años construyendo una enorme réplica del Arca de Noé a tamaño real

Abr 02, 2022

La Biblia está llena de relatos increíbles. Uno de ellos es el del Arca de Noé. El patriarca construyó una gran embarcación donde transportó a animales de todo tipo para que pudieran sobrevivir a una colosal inundación.

La historia es impresionante, sobre todo para las personas de la sociedad actual, pues resulta improbable que algo así pueda suceder. Sin embargo, Johan Huibers, un carpintero de los Países Bajos, sintió la necesidad de construir su propia versión del Arca de Noé.

La inspiración se le vino a la mente en 1993, cuando les leyó un cuento a sus hijos. Al principio, su mujer, que es policía, pensó que era muy poco probable que su marido pudiera seguir adelante con su alocada idea. Huibers le dijo lo siguiente a la Jewish Telegraph Agency: "En tono sarcástico, mi esposa les dijo a los niños que cuando terminara de construir mi arca, íbamos a poder ir de vacaciones a la luna". Todos podemos entender que ella haya pensado que el objetivo de su esposo era imposible de cumplir.

Pero Huibers no renunció a su idea, y para 2006 ya había terminado su primera arca. Con 70 metros de largo y 10 de ancho, la primera obra de Huibers era más pequeña que la última que ha hecho, pero representó un paso muy importante.

Johan se puso a construir su segunda versión del arca, que le llevó cuatro años, con ocho trabajadores. Presentó su monstruosa obra en 2013: mide 124 metros de largo y 22 de alto, y pesa 2.500 toneladas. En total, su fabricación costó 1,5 millones de dólares.

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La impresionante nave se transporta sobre una plataforma flotante que queda oculta y que está formada por barcazas de acero que, en su tiempo, se utilizaban para transportar contenedores de carga. Sin embargo, las barcazas están diseñadas para ser remolcadas o empujadas solo a través de vías navegables interiores, y no son adecuadas para su uso en mares agitados, al menos no por sí solas. La cantidad de madera utilizada equivale a 12.000 árboles. Aunque el Arca de Noé de la que habla la Biblia fue hecha de madera de gofer, el Arca de Johan está hecha de pino y de cedro americano.

Pero Huibers no solo logró que su arca tuviera un aspecto muy realista, sino que también puso algunos animales en ella. Sin embargo, en vez de poner animales vivos como lo hizo Noé, Johan Huibers añadió animales de madera de tamaño natural, que brindan un interesante efecto visual. Situada en la ciudad de Dordrecht, Países Bajos, el arca se ha convertido en una especie de atracción turística desde que Huibers la terminó. La abrió al público como museo bíblico en la localidad de Krimpen aan de Ijssel, al este de Rotterdam. Le dijo lo siguiente a la JTA:

"Quería que los niños pudieran venir y palpar la textura de la madera, que vieran los clavos, que vieran que lo que está escrito en la Biblia es cierto.

El objetivo de mi arca es educar, ser un recordatorio de que nuestro mundo está cambiando, y de que seguirá cambiando. Eso lo vemos hoy en día debido al calentamiento global, con la subida del nivel del mar y los incendios".

Pero su enorme embarcación no solo es una versión contemporánea de una de las historias más famosas de la Biblia. También es un museo, una barcaza en pleno funcionamiento que incluso ha viajado a otros lugares. Esta "Arca de Johan" ha viajado por los Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Noruega y hasta Gran Bretaña.

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Incluso tenía planes de llevar el Arca de Johan a Israel, pero tuvo que suspender sus planes debido a los incendios forestales en Oriente Medio. Para preparar y financiar ese viaje, Huibers tendría que reunir una buena cantidad de dinero, proveniente de distintas donaciones. Como buen cristiano y buen lector de la Biblia, Huibers quiere llevar su réplica del arca a la tierra de donde procede.

Sin embargo, hay otro problema además del económico: ¡el arca no tiene velas ni motores! Para hacer el viaje, tendría que contratar remolcadores que la empujen, y calcula que eso le costará por lo menos 1,3 millones de dólares. Johan le dijo a un periodista que quiere visitar Israel porque ama esa tierra, tanto el país como su gente. Le dijo a la JTA:

"Esta es una copia del barco de Dios. Solo tiene sentido si lo llevamos a la tierra de Dios".

Pero Israel no es el único lugar lejano al que este carpintero tenía previsto llevar su arca. En 2016 quería llevarla a Brasil, a tiempo para los Juegos Olímpicos de ese año, pero al final ese viaje también quedó frustrado.

Desgraciadamente, aunque el arca sirvió como museo por un tiempo, ahora también está cerrada para ese fin, ya que se produjeron desacuerdos con las autoridades de la zona debido a las normas de seguridad. Pero eso no desmerita todo lo que Johan Huibers ha conseguido. Él construyó el arca para mostrarle a la gente que Dios existe de verdad. Quería darles a los niños la oportunidad de ver y sentir el arca, y también quería mostrarle a la gente que las cosas en el mundo están cambiando.

¿Qué opinas del Arca de Johan Huibers? ¿Qué opinas de sus planes de navegar hasta Israel? Comparte esto con todos tus conocidos para que también conozcan su historia.

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