Tienen más de 90 años, pero pasaron de ser vecinos a unos flamantes recién casados tras encontrar el amor verdadero

Jul 23, 2022

En los asilos de ancianos, lo más alocado que podemos llegar a ver es una partida de bingo. Y por lo general, lo único picante es la comida. Pero dos ancianos de Sacramento, California (Estados Unidos), demostraron que nunca somos demasiado viejos para encontrar el amor verdadero, y que nunca es demasiado tarde para tener una boda.

En vez de celebrar una venta de pasteles de los boy scouts, como en un día normal, una residencia de ancianos del norte de California organizó el que tal vez fue el evento más inesperado de junio de 2022: ¡una boda!

Los otros ancianos asistieron a la boda con máscaras y había globos en las paredes. El asilo, que se llama The Village at Heritage Park Senior Living Community, celebró una ceremonia para dos de sus residentes. La pareja se había conocido en el centro y, después de unos pocos meses de noviazgo, decidieron que ya era el momento de casarse. El pueblo estuvo encantado de ayudar.

Debido a su edad avanzada, estos residentes de North Natomas están más acostumbrados a soportar el duelo que a celebrar la vida. Sin embargo, la inesperada unión de sus vecinos le brindó a la comunidad una nueva alegría, en un momento difícil.

Con un buen pastel y un beso dramático, la boda le dio una felicidad muy necesaria a The Village, que, debido a la pandemia, no había tenido mucho qué celebrar. Por fortuna, la boda cambió esa situación.

Parece que la pareja estaba tan sorprendida con el resultado como sus invitados y sus vecinos. Carl Hammer y Reva Truitt ya habían estado casados desde hacía casi setenta años, pero habían quedado viudos recientemente. Al momento de la boda tenían 97 y 95 años, respectivamente. Ninguno de los dos se imaginaba que podrían vivir un nuevo romance, pero el destino tenía otros planes para ellos. Resulta que los dos terminaron en habitaciones cercanas en el asilo.

"No sabíamos que iba a ocurrir, pero nos encontramos, y el Señor nos unió", dijo Hammer, recordando cómo conoció a quien ahora es su esposa.

Carl y Reva se conocieron porque eran vecinos de habitación en el asilo. Se conocían años antes de empezar a salir, pero fue hace poco que las cosas empezaron a arrancar.

"Salimos desde hace como 5 meses", le dijo la flamante Sra. Hammer a los periodistas, recordando su "romance relámpago". Su novio bromeó diciendo: "Nos separan dos puertas. Y los dos teníamos puertas traseras de todas formas".

¿Qué fue lo que finalmente los empujó a casarse? Hammer sonrió: "Ella finalmente hizo esto...", y luego movió el dedo, como haciendo un gesto de "ven aquí", lo que provocó la risa de su esposa. Bromista a todas luces, Hammer no dejaba de arrancarle una sonrisa a Truitt mientras cortaban el pastel de boda y caminaban por la sala, saludando a sus invitados.

Con un traje negro y un vestido azul, la pareja se subió a un triciclo equipado con latas ruidosas, serpentinas y un gran cartel de "recién casados" en la parte trasera, para dar una vuelta antes de volver a casa.

Al hablar sobre su improbable romance, Hammer dijo con ternura: "Eso pasa cuando dos chispas se encienden: se forma una hoguera... Eso es lo que tenemos". Su mujer estuvo de acuerdo: "Es maravilloso".

Los dos estaban asombrados por haber podido encontrar el amor a una edad tan avanzada. Pero no solo eso: tuvieron la oportunidad de profesar su amor ante el mundo, delante de sus amigos y familiares. Unieron sus dos hogares, así que ahora tienen seis hijos, dieciséis nietos, treinta y dos bisnietos e incluso un puñado de tataranietos.

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