Susan Boyle nos muestra el interior de su casa recién remodelada
Abr 08, 2021
Susan Boyle se convirtió en una sensación mundial al instante, cuando apareció en la tercera temporada de Britain's Got Talent. Aunque esa presentación fue hace más de una década, Boyle ha conseguido un nivel de permanencia pocas veces logrado por las estrellas de la televisión. Esa interpretación del clásico de Los miserables, "I Dreamed a Dream", ha sido vista millones de veces. La cara de asombro de Simon Cowell es todo un poema. Pero a pesar de su fama, Boyle ha mantenido la humildad que la caracteriza. ¡Incluso sigue viviendo en la misma casa de siempre!
Susan Magdalene Boyle nació el 1 de abril de 1961 en Blackburn, West Lothian, Escocia. Su padre, Patrick Boyle, fue veterano de la Segunda Guerra Mundial y minero, pero también cantaba en bares. Su esposa, Bridget, trabajaba como taquimecanógrafa. La pareja tuvo nueve hijos, cuatro varones y cinco mujeres, siendo Susan la menor. Cuando era niña, le dijeron que tenía ciertos problemas de aprendizaje, debido a una falta de oxígeno durante el parto. En una entrevista que le ofreció a The Guardian en 2009, la cantante se sinceró sobre cómo la molestaban sus compañeros de clase, solo por ser "diferente".
A lo largo de su vida, Susan ha sufrido diversos arrebatos emocionales, y ha tenido problemas para comunicarse y socializar, lo que ha obstaculizado su capacidad para entablar relaciones y actuar apropiadamente. El canto se convirtió en la única actividad que le daba consuelo.
"Vengo de una familia de músicos", dice Susan. "La música siempre ha estado con nosotros, empezando por mi padre. Siempre he cantado, creo que lo llevo en la sangre. A los 12 años empecé a participar en diversas producciones y espectáculos escolares".
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Finalmente, ya a los 50 años, le diagnosticaron síndrome de Asperger.
Susan había consultado a un médico para hablar sobre su problema de ansiedad, algo a lo que no le había prestado la debida atención.
"Fui a ver a un especialista escocés, para recibir un diagnóstico", le explicó a The Scotsman. "Nadie me pidió que lo hiciera. Pensaba que podría tener una enfermedad más grave, algo que no me dejaba funcionar bien".
El médico le recomendó hacerse varios exámenes, y al final se demostró que su "coeficiente intelectual era superior al promedio".
Susan admitió que se sintió agradecida por haber recibido el diagnóstico, pero no iba a permitir que el síndrome la definiera.
"Esto no hará ninguna diferencia en mi vida. Solo es algo con lo que tengo que vivir y salir adelante", aseguró. Sin embargo, dijo que esperaba que la noticia ayudara al público a entenderla mejor, y a sentir más empatía hacia ella.
"Creo que la gente me tratará mejor, porque podrán entender mucho mejor quién soy, y por qué hago lo que hago".
Abandonó los estudios con bajas calificaciones, y entró en un programa público de formación profesional para tratar de encontrar empleo. Susan también se dedicó al canto profesional, y de vez en cuando hacía actuaciones en sitios de su pueblo. Se convirtió en miembro del coro de su iglesia, donde era voluntaria. Con el tiempo, la cantante fue aceptada en la Escuela de Interpretación de Edimburgo, y se presentó en el Festival Fringe, un evento anual de la misma ciudad en el que participan artistas locales. En 1999, Susan grabó un álbum con fines benéficos, titulado Cry Me a River, del que se produjeron unas 1.000 copias. Incluso tuvo una pequeña aparición en la televisión británica, específicamente en el programa My Kind of People de Michael Barrymore.
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Boyle le contó a The Guardian:
"Fui al programa 'My Kind of People' por pura diversión. También cantaba en los bares de mi zona, pero las cosas estaban algo flojas para ese momento".
Cuando su madre, Brigitte, empezó a sentirse demasiado débil como para cuidar de sí misma, Susan se tomó un descanso para estar a su lado. En 2007, tras el fallecimiento de su madre, la cantante se animó a arriesgarse y hacer una audición para Britain's Got Talent. En la misma entrevista para The Guardian, reveló lo siguiente:
"Me tomé un breve descanso después de la muerte de mi madre, pero había visto 'Britain's Got Talent' en la televisión, así que pensé en hacer el intento. Paul Potts era muy bueno. Era una inspiración para mucha gente, así que decidí arriesgarme".
En octubre acudió a su primera audición en Glasgow, a la que siguió una segunda delante de Simon Cowell y los otros jueces. "Estaba muy nerviosa", confesó.
Para aquel momento, Susan se diferenciaba mucho de los concursantes que solían asistir al programa. Era una mujer sencilla, de mediana edad, proveniente de una zona rural de Escocia. Solo llevaba un vestido beige de encaje, y su cálida sonrisa. Ni los espectadores ni los jueces sabían qué esperar de ella. Pero cuando entonó "I Dreamed A Dream", toda la sala se quedó perpleja ante su bella e inmensa voz. En la misma entrevista, le dijo lo siguiente a The Guardian:
"Me esperaba que el público fuese un poco cínico", dijo Susan. "Pero decidí dar todo de mí para ganar la ronda. Eso es lo que uno debe hacer. Ellos no sabían qué esperar de mí. Antes de 'Britain's Got Talent', nunca había tenido una oportunidad verdadera, así de sencillo. Uno tiene que seguir adelante e ir subiendo paso a paso, con la esperanza de alcanzar su sueño. Nunca debemos rendirnos".
Esa noche, Susan alcanzó la fama a nivel mundial. Y se convirtió en un modelo distinto a seguir; uno que no encajaba en la narrativa tradicional de las celebridades exitosas. Era una mujer común y corriente, alguien que ya había pasado los 40 años, y su aspecto estaba muy alejado del de las estrellas de cine que aparecen en las portadas de las revistas. ¡Pero vaya que sabía cantar! Ella era la prueba viviente de que cualquiera podía conseguir sus sueños, sin importar su origen o su aspecto. Quedó en segundo lugar en la temporada del 2009 de Britain's Got Talent, pero eso solo marcó el comienzo de su camino al estrellato.
Apenas dos años después de su exitosa presentación, Susan Boyle lanzó su propio libro, en el que cuenta la historia de su poco glamorosa crianza. The Woman I was Born to Be: My Story es el libro de memorias de Boyle, el cual fue publicado por la editorial Atria Books de Simon & Schuster en el verano de 2011. El sitio web de la editorial califica a Boyle como "una modesta mujer de mediana edad, oriunda de un pueblito escocés". La acertada descripción hace referencia a la vida común y corriente que llevaba Susan antes de haber salido en televisión. Solía "cantar en bares de karaoke de su pueblo", pero nada más. El libro llevó a Susan a otro nivel de fama, porque los lectores tuvieron la oportunidad de entender que "esa asombrosa transformación no siempre fue fácil para ella, pues tuvo que hacerle frente a todas las desventajas que acarrea el estrellato. El público la admira con fervor, y ella logró encontrar en la música esa paz que tanto necesitaba. Susan nació para cantar".
La cantante alcanzó la fama de forma inmediata, y eso le cambió la vida de la noche a la mañana. Todos sabemos que esos cambios tan drásticos pueden ser muy desastrosos. Muchos famosos llevan una vida de excesos y gastos desenfrenados. Sin embargo, Boyle no ha caído en esa trampa. A pesar de su increíble éxito, la cantante escocesa ha mantenido una vida moderada, y nunca ha olvidado sus humildes comienzos.
Habiendo tenido un origen tan modesto, no resulta extraño que Boyle haya decidido conservar ese estilo de vida. Según OK! UK, hoy en día sigue viviendo en la casa de su infancia. Así lo reveló en 2019, en una entrevista que le concedió al Sunday Post:
"He pasado la mayor parte de mi vida en esta casa, y ahora no pienso mudarme, porque siento que es parte de mi historia".
Aunque se compró una buena propiedad cuando el dinero empezó a llegar, al final se dio cuenta de que en realidad no quería salir de su casa. Incluso decidió regalarle la nueva casa a uno de sus familiares, en vez de ocuparla ella misma.
"Compré una casa bien elegante, pero ahí vive mi sobrina, ¡la compartimos entre toda la familia!", reveló la artista.
Boyle no tiene muchas ganas de mudarse, y está claro que le encanta la comodidad. ¡Pero eso no significa que no quiera remodelar su casa! A principios de 2020, la tímida cantante salió de su zona de confort y nos mostró los cambios que le había hecho a la casa de su infancia. Según OK! UK, Boyle vive en un antiguo apartamento de protección oficial, es decir, una vivienda subvencionada por el gobierno. Al final logró comprar el apartamento y lo remodeló a su gusto.
En la conversación con OK! UK, la cantante explicó que a pesar de que su patrimonio ronda los 31 millones de dólares, no quería abandonar su casa para irse a vivir a una opulenta mansión, porque eso supondría dejar atrás valiosos recuerdos, algo que ella no estaba dispuesta a hacer.
"Es por los recuerdos que tengo de mi casa y de mi niñez. Uno tiene que ver las cosas de forma balanceada, tener en cuenta de dónde venimos y dónde están nuestras raíces", explicó.
"Para mí, lo mejor es tener los pies sobre la tierra, y estar cerca de mis raíces. Creo que eso evita que digas cosas que tal vez no deberías decir".
Esa voluntad de mantener los pies bien puestos sobre la tierra también ha evitado que Boyle se convierta en una persona derrochadora. Parece que el mayor gasto que hizo fue la remodelación del viejo garaje de su padre, que solía estar lleno de autos viejos. Convirtió el garaje en una casa vacacional, para pasar los veranos. En su entrevista para OK! UK, Susan dijo lo siguiente:
"No podía hacer algo demasiado extravagante o exagerado, porque ahí están mis padres. Probablemente volverán y querrán estar conmigo. Es bueno mantener los pies en la tierra. Puedo disfrutar de todo ese glamour, pero también me gusta lo natural".
No es la primera vez que Boyle menciona a sus padres. En 2019, en una entrevista con el Sunday Post, le preguntaron sobre su ascenso a la fama. Ella contestó lo siguiente:
"Ojalá mi madre y mi padre hubieran estado a mi lado, para ver todo esto. Creo que se hubieran sentido muy orgullosos, y muy felices. Pero no tengo duda de que lo están viendo todo desde allá arriba".
Al entrar en la casa de Boyle, de inmediato nos damos cuenta de que esta humilde escocesa es una mujer de fe. En la entrada podemos ver muchos adornos inspirados en Jesucristo. Seguidamente nos topamos con la sala del piano, donde hay muchas más figuras religiosas. Boyle tiene una habitación con un piano de cola, pero le confesó al entrevistador de OK! UK que todavía está aprendiendo a tocar el instrumento.
"¡Lo más cómico es que ni siquiera sé tocar escalas! Apenas estoy aprendiendo", admitió con humor.
A Boyle también le gusta rememorar el pasado. En su salón hay muchas fotos y recuerdos de los momentos importantes de su vida.
Tiene un recuerdo de su sencillo "Comic Relief" con Peter Kay, al lado de un disco enmarcado que atestigua el millón de ventas de dos de sus álbumes: I Dreamed a Dream y The Gift. También tiene muchas fotografías de sus difuntos padres, y una de cuando conoció al Papa. A Boyle también le encantan los gatos, y el alféizar de una de sus ventanas está totalmente adornado con figuritas gatunas, incluyendo un gato de Cheshire idéntico al de la película de Disney Alicia en el país de las maravillas, de 1951.
Respecto a la canción que interpretó en su primera audición, Boyle le dijo a OK! UK que ese tema sigue inspirándola hasta el día de hoy, ya que le recuerda el éxito que tuvo después de haberse esforzado tanto.
"Mi lema de siempre es: no te detengas y persigue tus sueños".
Su cocina, como el resto de su casa, es relativamente pequeña y modesta. Como parte de la remodelación, Boyle instaló una estufa sencilla pero moderna, en tonos blancos y grises, con una amplia encimera y suficiente espacio para guardar toda su colección de vajilla kitsch. Dijo que antes de remodelar la cocina, no tenía espacio "ni para tener un gato".
Además, le contó a OK! UK que en su casa ha acumulado recuerdos por casi seis décadas.
"Esta casa tiene un poco de historia. Aquí solíamos vivir nueve personas", reveló la cantante. "Lo que ahora es mi vestidor era el dormitorio de tres hermanas: Bridie, Cathy y yo. Mary se casó, y al poco tiempo dejó el nido. Cuando todas se fueron, me quedé yo sola en este cuarto. Siempre ha sido mi habitación".
Con los pies bien puestos sobre la tierra, la cantante recordó todas las veces que metió la pata en el mundo del espectáculo, todo por ser novata. Por ejemplo, habló del infame vestido que se puso para la final de Britain's Got Talent, y explicó que para aquel entonces no tenía un estilista que le pudiera sugerir algo mejor. "Ahora tengo un estilista que me ayuda con eso", reveló. Ciertamente, no se hizo famosa por llevar vestidos muy glamorosos, pero dijo que no se arrepiente de nada.
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