Siete frases de los hijos que atraviesan el corazón de una madre como un cuchillo

Ene 09, 2019

La frase de la autora Tenneva Jordan

sobre un simple pastel puede ser el mejor resumen del cuidado y el desinterés de una madre y su uso de las palabras para hacer el bien, sin lastimar las sensibilidades de sus hijos. En la frase, una madre ve a cinco personas y cuatro pedazos de pastel; inmediatamente declara que nunca le ha interesado el pastel. Como hijos de la mujer que nos trajo al mundo, ¿podrías decir que tus palabras no lastiman?

Las palabras les importan a las madres

Ella está cerca de tu corazón y la amas. Reconoces el esfuerzo, el tiempo y el amor que te motivó a alcanzar la adultez y posiblemente tener tus propios hijos. Sin embargo, puede que no veas cómo el círculo de la vida se forma, dejándote a ti al cuidado de la generación previa y la siguiente con el mismo cariño que te mostraron.

En cambio, puede que te encuentres asegurándote de tener el primer pedazo de pastel. Utilizas un lenguaje un tanto pasivo-agresivo, denigrante, degradante y devaluante, en lugar de proteger la sensibilidad de tu madre como ella te protegió a ti. Aquí están siete frases que ninguna madre quiere escuchar decir a sus hijos.

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1. Te lo he dicho un millón de veces / Me lo has dicho un millón de veces

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Tu madre sobrevivió las necesidades de cuando eras bebé, tus terribles años en los que fuiste un niño pequeño que destruía todo, tu adolescencia en la que sabías más que ella, tus años en la universidad y todo los gastos que esto conllevó y así sucesivamente. ¿No crees que merece la paciencia para decirle lo que sea que necesite escuchar las veces que necesite escucharlo? Asimismo, ¿no deberías escuchar el consejo que te da de corazón y sus historias tan frecuentemente como siente que los necesitas?

2. No lo entenderías

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Sí, como madre, lo hará. Decir menos es un insulto a su carácter e inteligencia. Quiere escuchar tus problemas tanto como tus éxitos. Cualquiera que sea la emoción, circunstancia o acción, ella estará allí. Es tu trabajo encontrar las palabras adecuadas para contar tu propia historia.

3. No voy a llegar a casa para las fiestas porque estoy pasando tiempo con mis amigos

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Incluso si tu educada y gentil madre dice que lo entiende y que te diviertas y te cuides, ella por dentro se quiebra. Sabe que su reloj está corriendo. Ella sabe que cada oportunidad perdida de verte puede ser la última. Piensa en toda la diversión que podría haber tenido con el dinero y el tiempo que en cambio te dio para conseguir esa bicicleta que tuviste para tu cumpleaños o los pantalones de diseñador que tenías que tener para Navidad. ¿No se merece la misma valoración de retorno en tu vida?

4. Deberías considerar X, Y, Z para ayudarte a lucir más joven

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Esas estrías, arrugas y otros procesos de envejecimiento no tan hermosos que tú criticas son en parte el resultado de preocuparse por ti y sacrificarse por ti. No le digas a tu madre que ha envejecido. No le digas lo que tiene que hacer al respecto. Trata de apreciar que ella todavía está cerca para hablar, ver y sentir esa calidez, porque muchos niños por ahí solo tienen una lápida fría para visitar.

5. Estaba demasiado ocupado para devolverte todas tus llamadas anteriores.... Ups y lo siento.

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¿Estaba tu madre demasiado ocupada en algún momento en que realmente la necesitabas? Probablemente no. Es probable que se haya tomado el tiempo necesario para escucharte hablar de tu primer enamoramiento, para sentarse en las gradas y ver tus actividades extracurriculares o para repasar una y otra vez tus tareas hasta que las hayas entendido. Una vez más, no des el tiempo por sentado. Nunca sabes cuándo podría ser la última oportunidad de oír su voz.

6. ¿Por qué sigues haciendo los mismos platos de siempre?

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Si tu mamá es capaz de cocinar para ti, entonces sé agradecido. Ella puso el amor que siempre ha tenido y el dinero que tal vez ni siquiera tiene para ofrecértelo a ti. En algunos casos, tu mamá puede comer sándwiches de mantequilla de maní el resto de la semana solo para servirte ese pastel de carne hecho en casa con su ingreso fijo.

7. Siempre estabas trabajando

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Si tu mamá trabajaba, era al menos en parte para darte una vida mejor y más oportunidades. No le recuerdes lo que sientes que te perdiste. Agradece la vida que te ayudó a moldear. Es probable que hayas ganado un mayor sentido de independencia, obligación, deber y ética laboral debido a ello.

¿Eres culpable de decirle estas cosas a tu madre? ¿Le dices otras cosas que podrían herirla profundamente? ¿Te comprometerás a cambiar? ¿Quizás conozcas a alguien que necesite leer esto porque le habla mal a su madre? Déjanos un comentario con tus opiniones.