Matrimonio que adoptó a un chico de 18 años afirma que todos los niños merecen tener una familia permanente
Nov 16, 2020
Casey y Peter Douglas son una pareja de Athens, en Texas, Estados Unidos. Siempre supieron que nunca podrían tener hijos, ya que Casey padecía de una enfermedad que la incapacitaba para ello. Para poder ofrecer un hogar a un chico, la pareja decidió acoger a Randall, un joven de 16 años. Pero los caminos de esta familia no se iban a separar cuando el chico cumpliera los 18 años, sino todo lo contrario: era enero de 2019 cuando Casey y Peter decidieron adoptar a Randall.
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Cuando Casey Douglas llegó a la edad adulta, se enteró de que tenía un problema de salud inusual. Como resultado, nunca iba a poder tener hijos propios. La dura noticia fue como un balde de agua fría para ella. En un artículo que escribió para Love What Matters, Casey explicó que su padre es pastor, y esperaba que tuviese suficientes hijos para llenar la iglesia los domingos. Ella vivió sintiéndose diferente a la mayoría de las jóvenes, hasta que conoció a Peter, su futuro marido. Casey comentó que a Peter no le importaba que ella fuese estéril, y finalmente los dos se convirtieron en marido y mujer.
Desde el principio, la feliz pareja sintió que Dios quería que sirvieran a los demás. Por eso, Casey y Peter se convirtieron en pastores voluntarios de muchos jóvenes en su iglesia, y ayudaban a los niños de familias de bajos ingresos a tener un buen comienzo en la vida. Después de pasar tres años siendo mentores de los jóvenes de su comunidad, Casey y Peter sintieron la necesidad de ir más allá, y decidieron convertirse en padres adoptivos. Aún así, como apenas tenían poco más de 20 años, Casey y Peter recibieron respuestas mayormente negativas por parte de las personas mayores que conocían. Sin inmutarse, la pareja empezó a tomar clases en el Servicio de Protección Infantil, para prepararse para su futuro como padres de acogida.
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Casey y Peter tuvieron que esperar nueve meses para poder obtener su licencia de acogida. La pareja se convirtió en objeto de burlas en su comunidad, porque anunciaron que solo iban a acoger a niños mayores de 13 años. Muchos se preguntaban por qué la joven pareja querría criar a los hijos de otra persona, y comentaban que los niños de acogida suelen tener antecedentes muy problemáticos.
A pesar de todos esos comentarios, Casey perseveró. Más tarde les dijo a sus amigos que solía llorar en las habitaciones de sus futuros hijos, por temor a que nunca supieran el gran amor que sentía por ellos.
Cuando Casey y Peter obtuvieron su licencia, les informaron que había un niño especial que necesitaba un hogar. Para cuando tenía 16 años, Randall ya había pasado de un pariente a otro, viviendo una vida de abuso y negligencia. Casey y Peter acogieron a Randall en su casa, y el adolescente lloró por la gran amabilidad que le demostraron.
"El chico me miró y me dijo: 'He pasado toda mi vida esperando que alguien me tratara como ustedes lo hacen'. Nunca antes había tenido padres de verdad", escribió Casey en su artículo.
A medida que los tres forjaban una conexión, Randall empezaba a preocuparse por lo que iba a pasar cuando cumpliera los 18 años y se convirtiera legalmente en adulto. Un día, Randall estalló en lágrimas, y le suplicó a Casey que le permitiera quedarse incluso después de llegar a los 18. Casey lo abrazó y le prometió que siempre sería su madre.
El 10 de enero de 2019, los tres se convirtieron legalmente en una familia. Randall tomó el apellido de Casey y Peter, y los tres declararon ante un juez que siempre se iban a querer, y que iban a cuidar el uno del otro. Ahora Randall está llevando una vida que nunca pensó que tendría. Sus pasatiempos favoritos son el béisbol y la pesca, como lo ha dicho en su canal de YouTube.
Ser padre o madre no tiene por qué implicar la crianza de un niño desde que este es pequeño hasta que llega a ser adulto. Ser padre o madre también puede ser acoger a alguien ya crecido, apoyarle para que se convierta en la persona que desea ser. Todavía hay por ahí historias de otras personas que también fueron adoptadas siendo "adultas", por así decirlo, y que explican cómo sus vidas cambian gracias a la adopción.
Rebecca Masterson, por ejemplo, también adoptó a su hijo Johnny cuando este tenía 18 años, hecho que cambió tanto su vida como la de su hijo biológico. Sobre ellos, dice: "Estos dos me definen, son el trabajo de mi vida. Lo cual es gracioso porque estos niños no estaban en mi lista de deseos. Simplemente, de algún modo, sucedió". Lo que está claro es que las adopciones no son algo planificado; de hecho, la mayoría de las veces es todo lo contrario. Para algunas personas la adopción no era algo que jamás se hubieran planteado hasta que conocieron a algún huérfano necesitado que les cambió la vida.
Los padres que crean y que cuidan a sus familias, sin importar cómo sus hijos llegaron a formar parte de ellas, son, realmente, las personas más generosas y cariñosas que existen en el mundo. Mostramos nuestro más puro agradecimiento a todos los maravillosos padres que han abierto sus corazones y hogares a niños que no son biológicamente suyos. Al fin y al cabo, la familia no tiene por qué ser de sangre; todo lo que se necesita para hacer de una casa un hogar, es amor, cariño y empatía. Esto es todo lo que hace falta para convertir a un grupo de personas en una familia.
¿Qué piensas de que Casey y Peter adopten a Randall a la edad de 18 años? ¿Tienes amigos o familiares que sean padres adoptivos? Cuéntanoslo todo en la sección de comentarios y asegúrate de compartir este artículo con todos tus contactos. ¡Haz que la historia de Douglas circule!