Maisy, la pitbull, conversa constantemente con su nueva madre Marisa, quien la adoptó en un refugio

Mar 13, 2020

Cuando Marisa Elbert adoptó a Maisy, una pitbull, de un refugio, no esperaba hablar tanto con su nueva perra. Los ladridos de Maisy suenan como "woos" y ella y Marisa intercambian conversaciones todos los días.

A pesar de su notoria reputación, muchas personas deciden rescatar a pitbulls de los refugios en lugar de a otras razas.

Maisy es una perra que, por internet, da un ejemplo positivo para su raza. Su familia anterior quería que tuviera crías, pero cuando las cosas no funcionaron, decidieron planear su eutanasia.

Mientras trataban de organizar los planes, Maisy estaba encerrada afuera sola todo el día en una perrera estrecha y solo la atendieron para alimentarla e intentar que quedara embarazada.

Por suerte, un amigo de los antiguos dueños de Maisy se enteró de sus planes y se ofreció a llevar a la perra a un refugio. Poco después de que la dejaran, el personal subió la foto de Maisy a su página web, y así fue como su futura madre la vio por primera vez.

Marisa Elbert estaba en un mal momento de su vida. No solo había perdido a sus dos padres, sino que su anterior pitbull, de 13 años, también había fallecido recientemente. Un amigo atento vio la foto de Maisy en las redes sociales y etiquetó a Elbert.

Pensó que le vendría bien una amiga, y era obvio que Maisy también necesitaba algo de amor.

Elbert conectó con su compañera canina de inmediato, y ahora pasan sus días "hablando" una con la otra. A Maisy le encanta comentar todo lo que ve, y su insaciable curiosidad por el mundo que la rodea calienta el corazón de Elbert cada día.

Las dos comparten un vínculo tan especial que no puedes evitar sonreír cuando escuchas sus conversaciones.

Elbert revela que las cosas siempre han sido así entre ellas:

"El primer día cuando la traje a casa, bajamos por el camino de entrada y le tiré unas pelotas y ella estaba rondando la subida y la bajada. Estaba tan feliz, es como si hubiese sabido que estaba en casa".

Elbert cree que Maisy estaba destinada a encontrarla después de la pérdida de sus padres y de su difunto pitbull.

Dice que Maisy ha dado un giro completo a su vida y le ha recordado el amor y el apoyo que tiene a su alrededor. Aunque Maisy estaba indecisa de aceptar tanto afecto al principio, se ha acostumbrado a su nueva madre y ahora, las dos son inseparables.

Sus dueños anteriores la llamaron fea, pero Elbert no podía estar más en desacuerdo. Dice que la gran cabeza y el cuerpo robusto de su perra son parte de su encanto y que todos sus rasgos la hacen "como un gran animal de peluche".

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