Las personas que hablan con sus mascotas son más inteligentes que aquellos que no lo hacen
Jul 12, 2018
Si tienes una mascota, probablemente conversas frecuentemente con ella. Es muy posible que hables con ella como si hablaras con otro humano. Le das las buenas noches, le preguntas si tiene sed o si quiere ir al parque. A veces pareciera que esperaras que tu mascota te responda. Si hablas con tus mascotas de la misma manera que le hablas a otros humanos normales, la gente quizá te vea como bicho raro. Incluso hasta te pueden preguntar "¿Estás loco?" o extrañarse de este hábito que tienes. Tal vez esto te haya hecho preguntarte el porqué lo haces. ¿Por qué prefieres hablar con tus mascotas más que con otros humanos? ¿De verdad estás loco?
No te preocupes. Tu tendencia de hablar con tus mascotas, plantas u otros objetos inanimados no es algo estúpido. De hecho, es un indicador de una alta capacidad intelectual. El acto de hablar con tus mascotas es parte de un término llamado antropomorfizar. El antropomorfizar se refiere a cuando los humanos les confieren emociones, rasgos o intenciones a los objetos o a formas de vida que no son humanas.
Nicholas Epley, el profesor de ciencias del comportamiento en University of Chicago Booth School of Business, es un experto en este tema y ha afirmado que "Históricamente, el antropomorfizar ha sido tratado como una señal de inmadurez y estupidez, pero en realidad es un subproducto natural de la tendencia que hace a los humanos los únicos seres inteligentes del planeta."
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Este término engloba el acto de ver a los conceptos no humanos, como humanos. Los niños son más propensos a antropomorfizar y pensamos que es algo lindo y peculiar. Sin embargo, cuando los adultos lo hacen, muchas personas tienden a pensar que es un hábito extraño. Los expertos en la materia ahora afirman que percibir rasgos humanos en los objetos que no lo son es en realidad una señal de inteligencia superior.
Un estudio hecho por la Universidad de Harvard en 2011, con el título “Cuteness and Disgust: The Humanizing and Dehumanizing Effects of Emotion” ("Gracia y disgusto: Los efectos de la humanización y la deshumanización de las emociones"), profundiza en el tema. A un grupo de personas se le mostró fotos de animales bebés y adultos. La mayoría del grupo eligió las fotos de los animales bebés. Después dijeron que ellos les darían a esos animales nombres "humanos" tradicionales y que siempre los llamarían por los pronombres propios de su género. También dijeron que si tuvieran estos animales bebés, hablarían con ellos de la misma forma que lo hacen con los humanos.
Aunque ponerles nombre a los animales y a los objetos es la manera más popular y conocida de antropomorfizar, existen más. También estás haciendo esto si les das ciertas características a tus animales. Llamar a un gato tu "bebé" o decirle a tu perro "buen chico" no es algo raro, es solo una demostración de inteligencia.
No es un secreto que el cerebro humano es un misterio complicado aún por resolver. Todas las investigaciones que hemos hecho apenas han tocado la punta del iceberg de lo que nuestros cerebros son capaces de hacer. Pero ahora parece que identificar las características de los objetos inanimados como tu carro o tus muñecas es de hecho una señal de que usas tu cerebro de manera creativa.
El antropomorfizar es común en los humanos, pero ha impactado positivamente a nuestras mascotas también. Algunas investigaciones han demostrado que, si sigues hablando con tus mascotas, ellas aprenden las diferencias entre recordar algunas palabras y recordar algunos gestos que haces. Ya que los animales como los perros y los gatos han sido nuestros acompañantes por siglos, ellos se desenvuelven de acuerdo a la forma en la que los tratamos. Cuando hablas con tus perros, ellos aprenden a entender las palabras y los sentimientos asociados con ellas. Los gatos no tienen la capacidad de entender palabras tanto como los perros, pero entienden tu voz y simples órdenes.
Los humanos tratan de antropomorfizar los objetos por tres razones. Algunas veces el objeto se ve como si tuviera un rostro. Algunas veces queremos ser amigos del objeto y otras nos da mucha curiosidad su comportamiento. Al entender estas tres necesidades primarias de antropomorfizar los objetos, nos damos cuenta de por qué este hábito es vital para la supervivencia e inteligencia de los humanos.
Nuestro cerebro demuestra señales de confusión cuando vemos un objeto inanimado que tiene ojos porque tratamos de racionalizarlo como si fuera un humano. Si pones ojos de plástico en una estufa, empezarás a querer hablar con ella y darle un nombre. Esto no significa que tengas delirios o que estés loco, sino que, como se ha explicado en estudios científicos, significa que está en nuestra naturaleza querer ser amigos de todo.
Así que no te preocupes. El hábito de hablar con tus mascotas es un fenómeno natural y algo muy normal. ¡No hay ningún problema contigo! Tu cerebro está funcionando correctamente y está antropomorfizando. De hecho, puede que seas más inteligente que las personas que no hablan con sus mascotas.
¿Hablas con tus mascotas? ¿Alguien te ha dicho que eres raro por hacer eso?