La rebelde princesa Ana fue la compañera más cercana de la reina Isabel hasta el final

Sep 21, 2022

La única hija de la difunta reina Isabel II y el príncipe Felipe, la princesa Ana, ha llevado una vida relativamente tranquila y más privada que muchos de sus sobrinos. Sin embargo, aunque tiende a mantenerse alejada de los focos, se dice que Ana es uno de los miembros séniores de la familia real británica que más trabaja.

Para ser una familia tan aparentemente tradicional, la familia real ha sufrido algunos cambios drásticos en los últimos años. Después de que el príncipe Harry y Meghan Markle salieran de la realeza en marzo de 2020, muchas piezas quedaron fuera de lugar mientras la familia trabajaba para averiguar cómo seguir adelante. Tras ello, Ana asumió más responsabilidades, y desde entonces sigue siendo una figura estable, aunque tranquila, en la familia real.

Otro gran cambio afectó a la familia real cuando la reina Isabel falleció el 8 de septiembre de 2022 en la tranquilidad de su hogar en Balmoral. Estuvo rodeada de familiares y seres queridos, pero no todos sus hijos pudieron llegar a tiempo para estar a su lado. Pero Ana, su única hija, estuvo con ella todo el tiempo. De hecho, fue ella quien dio la voz de alarma a la familia, informó el Mirror.

Desde el fallecimiento de su querida madre, Ana ha desempeñado obedientemente el papel de hija leal, que sigue a su lado incluso en la muerte. Cuando emprendió el viaje de Balmoral a Edimburgo para acompañar el féretro de su madre, el rostro estoico y apesadumbrado de Ana era una muestra de lo mucho que quería a su madre, la difunta reina.

Ana, rebelde en su juventud, ha hablado de los muchos momentos inusuales y no tradicionales de su vida. Aunque hoy en día sigue estando fuera del radar en comparación con otros miembros de la realeza, el lado aventurero de Ana es quizá lo que más la une a su difunta madre. Veamos cómo Ana apoyó a su madre hasta el final.

Princess Anne, Queen Elizabeth II (1954), (Bettmann/Contributor/Getty Images)

Además de dar la alarma a sus hermanos de que su madre estaba en su fase final, el Mirror informó de que se creía que Ana, la princesa real, había sido elegida por la propia reina Isabel "para ser su compañera en este viaje final", desde Balmoral hasta el Palacio de Holyroodhouse, en Edimburgo. Al llegar, Ana hizo una reverencia al féretro de su madre y fue consolada con una mano en la espalda por otra familiar sénior favorita de la reina, Sofía, condesa de Wessex.

Penny Junor, biógrafa especializada en la realeza, habló de Ana al Mirror:

"Nunca ha sido el poni de espectáculos, no está ahí para promocionarse. Lo que demuestra es que la monarquía no tiene que ver con el glamour ni con ser una celebridad deslumbrante. Se parece a su madre en que se ha dedicado a su papel".

Tal vez no resulte sorprendente que la hija de Isabel, que era una mujer fuerte e independiente que se tomaba muy en serio su trabajo como servidora del Reino Unido y la Mancomunidad, se forjara su propio papel como una de las miembros de la realeza más trabajadoras.

Conocida por ser la favorita del príncipe Felipe, la destreza deportiva de Ana la llevó a ser el primer miembro de la familia real que compitió en unos Juegos Olímpicos, en hípica, en 1976. Su tendencia a ser directa, sin embargo, le valió el apodo de "Su Real Rudeza".

No obstante, Ana era una fuerza estable en la familia real, por lo que no es de extrañar que su madre llegara a depender de ella. Durante la pandemia, Ana fue la que ayudó a la difunta reina en su primera reunión de Zoom. Su cercanía quedó en evidencia cuando los problemas técnicos hicieron que la reina solo viera cuatro caras en la pantalla en lugar de seis, antes de que Ana bromeara: "No me necesitas, ya sabes cómo me veo".

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Princess Anne, Queen Elizabeth II (1969), (Fox Photos/Hulton Archive/Getty Images)

En lo que respecta a su vida, Ana estaba muy influenciada por su impresionante madre. Se dice que cuando Ana se convirtió en madre, Isabel admiró la decisión de su hija de no conceder títulos reales a sus hijos, Peter Phillips y Zara Tindall. El modesto enfoque de Ana respecto a sus deberes reales también se inspiraba en el de su madre. Una vez dijo: "Se trataba de escuchar y de aprender".

Junor comentó el enfoque de Ana en su trabajo real, después de acompañar a la realeza en un viaje oficial a Uzbekistán en julio de 1993. El viaje tuvo lugar al mismo tiempo que el de la princesa Diana a África, y sus modos de interactuar con la población local no podían ser más diferentes. Diana era conocida por ser muy cercana con las personas, incluidos los niños, a los que abrazaba al conocerlos. Mientras que eso le valió la reputación de ser un miembro de la realeza muy cálido, Ana, por el contrario, mantenía su distancia física. Junor explicó la forma que tenía Ana de conocer a otros:

"Su explicación sería: '¿Qué niño quiere que un completo desconocido le abrace?'. Y: 'Me resulta mucho más útil averiguar con el médico qué problemas tiene antes de ir a reunirme con el Presidente y expresarle esas preocupaciones'".

No se puede negar que Ana ha sido un miembro leal y dedicado de la familia real durante toda su vida. Incluso desempeñó el papel de compañera más cercana de su difunta madre hasta el final, mientras su hermano mayor, el rey Carlos III, acaparaba el protagonismo. Junor añadió:

"No quiere la gloria para sí misma y no quiere estar en las primeras páginas".

No cabe duda de que la difunta reina debió de sentirse muy orgullosa de la mujer en la que se convirtió su única hija en vida.

Queen Elizabeth II, Princess Anne (2018), (Max Mumby/Indigo/Getty Images)

¿Sabías que la princesa Ana era desinteresada y leal con su trabajo real? ¿Y sobre su vínculo especial con su difunta madre, la reina Isabel II? Si te ha gustado leer esto, pásalo para que otros fans de la realeza puedan verlo también.

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