Este es el momento en que finalmente te dejo ir
Nov 07, 2018
Es difícil dejar ir a alguien que amas y con quien has invertido tu tiempo y energía. Sin embargo, cuando te has brindado tanto y no has obtenido nada de regreso, es imposible no rendirse, ¿no es así? Esto es para ese momento en el que te despides de una relación tóxica, no saludable y no valorada.
Soy yo renunciando a ti
¿Por qué las promesas salían tan fácil de tu boca, pero nunca correspondieron con tus acciones? Era tan fácil para ti romperlas una y otra vez mientras estaba a tu lado. ¿Cómo podías distorsionar la verdad tan despreocupadamente y escupir con tanta facilidad las mentiras directamente en mi cara mientras yo te creía ciegamente?
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Mientras yo construyo puentes para alcanzar nuestras metas, tú los vas incendiando sin cuidado. Has convertido lo que debería ser un paraíso en una tierra desolada. Aún así, yo he estado aquí siempre para brindarte la calidez de mi amor. ¿En dónde estás? ¿Por qué tu amor y tu apoyo se volvió tan frío? ¿Por qué huyes para dejarme en soledad?
A pesar de nunca obtener respuesta a esas preguntas, decidí quedarme. Creía en nosotros. Luché por nosotros. Te perdoné tantas veces porque quería que nuestra relación funcionara. Me aferré a las migajas que ofreciste con la esperanza de algún día obtener todo de ti. No importa lo dura que fuera la turbulencia, yo creía firmemente que nuestro amor encontraría el camino y que podríamos escapar de este yermo juntos. Pero ese momento nunca llegó. Nunca cambiaste.
He puesto el mundo de cabeza para hacerte feliz y para que nos sintiéramos completos. Confié en ti. Desde la devoción hasta la comprensión, te di mi todo y siempre tuve mis brazos abiertos para ti. Pero sin ti, nunca hubiera aprendido tanto sobre lo que no debo aceptar nunca en mi vida.
Soy yo diciendo adiós
Me enseñaste lo que es una persona chauvinista, narcisista y emocionalmente paralizada. Me has preparado para romper promesas que pensé que mantendría para siempre. Me enseñaste que tu versión de amor era algo digno de un basurero, no algo que debía conservar como un tesoro. Lo mejor de todo, me hiciste aprender que el estar con alguien que te hace sentir inseguridad es una tontería, no significa ser paciente.
Tu amor no fue más que una explosión temporal, que se esfumó rápidamente sin oxígeno, y destinado a hacerse cenizas. Me niego a perder más tiempo barriendo esas cenizas.
Finalmente me elijo a mí. Aprenderé a enamorarme de mi vida sin ti. Seguiré adelante, no hacia atrás. Finalmente estoy aquí para decirte. "Adiós". ¿Por qué? Merezco más. Lo quiero todo, no migajas. Lo que ofrezco necesita una persona que tenga disposición para crear un futuro conmigo.
Me alejo porque no seré más la segunda opción de nadie. Ya no puedo soportar tu interminable drama en cada conversación que tenemos. Nunca más seré un instrumento de tu egoísmo ni un embudo para tu negligencia.
No habrá segundas oportunidades. Todas mis oportunidades del futuro están reservadas para alguien que pueda darme el amor que merezca y para quien pueda hacer los pequeños esfuerzos que te he pedido tantas veces.
Mi juramento hacia ti era de amor y devoción, pero ahora te prometo esto:
- No necesito de tu compañía, estoy bien con no tener una persona en quien depositar mis emociones.
- Nunca seré una carga, una molestia o una obligación para ti de nuevo.
- De aquí en adelante, ya no consumirás ningún momento de mi tiempo.
- Nunca lucharé por tu corazón de nuevo porque es una batalla que ya no me interesa conquistar.
- El único esfuerzo que haré ahora es para mantener mi distancia contigo.
En esta despedida final, tienes que saber que te perdono por no valorar el amor que te ofrecí tan libremente. También quiero que sepas que esta oferta está permanentemente rescindida. Me elijo a mí en vez de a ti de aquí en adelante. Adiós.
¿Crees que es momento de dejar ir a esa persona y seguir con tu camino? ¿Has estado en una situación así y te has alejado? Tal vez conoces a algún amigo o ser querido que necesite leer este mensaje. Cuéntanos tu opinión.