Empleado de una gasolinera paga el combustible de una mujer y recibe una recompensa equivalente a ocho años de salario
Feb 19, 2021
Era una soleada mañana de primavera de 2019, cuando Monet van Deventer, de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, volvía a casa desde Somerset West y se dio cuenta de que se estaba quedando sin gasolina. Decidió dar un giro en la autopista para parar en la siguiente gasolinera y se bajó del coche para repostar. Nkosikho Mbele, el empleado de la gasolinera que estaba de turno ese día, se acercó al vehículo para lavarle los cristales del coche mientras Van Deventer sacaba su cartera para pagar. Pero mientras rebuscaba entre sus pertenencias, se quedó de piedra al darse cuenta de que había olvidado su tarjeta. Le dio las gracias a Mbele por limpiarle los cristales, pero le explicó que no podía pagar la gasolina y que tendría que seguir su camino. Mbele sintió temor al ver que el indicador de gasolina se ponía en rojo. Como no estaba dispuesto a que se quedara varada en la carretera N2, insistió en que él le pagaba el combustible y le dijo que ya le devolvería el dinero cuando volviera a pasar por la zona.
Al principio, van Deventer pensó que era un plan ofrecido por la empresa de gasolineras, Shell. Entonces, Mbele la sorprendió sacando su propia tarjeta bancaria personal para pagar la factura de 100 rands (6,77 dólares americanos). Mientras se alejaba, todavía seguía incrédula ante el bondadoso gesto que Mbele había tenido con ella. Van Deventer sabía que quería hacer algo por él para devolverle el generoso gesto, así que compartió la historia en Facebook para contarle al mundo sobre el buen corazón de Mbele. A partir de ahí, llegó una avalancha de ofertas de desconocidos que querían donar dinero para el empleado de la gasolinera, y la vida de Mbele cambió para siempre.
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Ese día, Monet van Deventer, de 21 años, se puso en marcha justo antes de la puesta de sol para volver a Gardens, un barrio de Ciudad de Cabo, para reunirse con unos clientes. Trabajaba como gestora de cuentas en una empresa de software para hostelería, a la par que estudiaba la carrera de Comercio. Con las prisas por llegar a tiempo a sus clientes, la joven de 21 años se olvidó de agarrar su tarjeta bancaria, pero no se dio cuenta hasta que llegó a la gasolinera Shell, en Firgrove.
"Tuve la extraña sensación de que había olvidado mi tarjeta. Entonces empecé a buscarla, y mientras buscaba, Nkosikho se puso a lavarme los cristales", explicó van Deventer al Times Live.
"Le dije que gracias por lavarme los cristales, pero que no podía poner gasolina. Él parecía estresado y angustiado porque miraba mi aguja de combustible, que ya estaba en rojo", añadió.
Según Times Live, en su publicación de Facebook, Deventer explicó que Mbele, de 28 años, se negaba a dejar que Van Deventer se fuera con el depósito vacío.
"Me dijo: 'Señora, no puede quedarse sin gasolina en la N2Y'. Y siguió: 'Pagaré 100 rands y cuando vuelva a pasar, puede devolverme mis 100 rands'", explicó en su publicación.
Sin esperar siquiera a que ella le diera su aprobación, Mbele procedió a llenar su depósito de combustible.
"Pensé que tal vez era algo que Shell hacía por ti en estos casos, y entonces vi que literalmente cogía su propia tarjeta y lo pagaba. Cuando me alejé, fui consciente de lo que acababa de pasar", continuó la joven de 21 años.
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Para Mbele, que en aquel momento ganaba unos 1.100 rands (74 dólares) a la semana, 100 rands suponían una parte importante de su sueldo diario. Pero temía que si la dejaba marchar sin llenar el depósito significara que Van Deventer se quedaría varada.
"Le pregunté que cómo estaba el combustible, y me dijo que estaba bajo. Le pregunté: '¿Lo lograrás?', y me dijo: 'No estoy segura'. Le dije que me dejara hacer eso por ella", contó Mbele a la publicación.
Después de su encuentro, explicó que no esperaba volver a ver a van Deventer. Por eso, cuando ella regresó unos días después con bombones y con sus 100 rands, se llevó una grata sorpresa.
"Me sentí muy agradecido de que volviera. Pude ver en sus ojos que apreciaba mi ayuda, sabes, cuando alguien ve que has hecho algo por ayudar. Pude ver en sus ojos que realmente apreciaba que hubiera hecho algo por ella", recuerda Mbele.
La publicación de van Deventer en Facebook atrajo rápidamente a cientos de desconocidos, que se sintieron conmovidos por el gesto desinteresado de Mbele y quisieron hacer algo para ayudarle a él y a su familia. Fue entonces cuando la estudiante se inspiró para crear una recaudación de fondos en su nombre.
"Ya que Nkosikho me salvó la vida, me gustaría hacer algo a cambio por él", escribió en la página de recaudación de fondos. "Sus dos hijos, su madre y su hermano viven con él en Khayelitsha y se beneficiará mucho de cualquier donación".
Mbele decidió que esos fondos le ayudarían a ahorrar para que sus hijos pudieran estudiar, así como parte del dinero sería para hacer obras de caridad y ayudar a los niños de la calle.
La recaudación de fondos se extendió rápidamente como un reguero de pólvora y los fondos empezaron a llegar a raudales. Para cuando se cerró el plazo de donaciones, ya se habían recaudado 505.217,48 rands (unos 94.000 dólares). Los empleadores de Mbele, en Shell, no tardaron en enterarse de la historia viral y decidieron que también querían premiarle. Nombraron al joven de 28 años como candidato sudafricano al Premio Regional a la Excelencia en el Servicio, y anunciaron que donarían 500.000 rands (unos 35.000 dólares) a la organización benéfica que él eligiera.
El presidente de Shell, Hloniphizwe Mtolo, se sintió tan inspirado por el acto de bondad de Mbele que decidió felicitarle personalmente.
"He visto las buenas noticias y quería llamarte para felicitarte por el buen trabajo que has hecho", dijo Mtolo a Mbele, según se explican en el Times Live. "Hemos decidido responder a lo que ha hecho el público y donar medio millón de rands a una organización benéfica que tú elegirás", añadió.
"Es una noticia increíble, muchas gracias, mi hermano", respondió Mbele.
Mbele viajó a Zanzíbar, en Tanzania, en junio de 2019 para la ceremonia de entrega del premio.
"Estoy muy contento de estar nominado al premio. Ser reconocido por Shell Sudáfrica significa mucho. Todavía no puedo creer que esto ocurra solo gracias a 100 rands; de hecho, es una obra de Dios. Ir a Tanzania será una gran experiencia para mí, y el hecho de que me hayan nominado para representar a Sudáfrica el año que viene, significa mucho para mí", dijo Mbele a IOL.
Aunque el acto de bondad de Mbele puede haber inspirado muchos elogios por parte de la gente de toda Sudáfrica, él insiste en que es a Dios a quien deberían dar las gracias realmente. "Solo estaba haciendo lo que cualquier persona con buen corazón habría hecho", quiso subrayar.
¿Te ha inspirado el conmovedor gesto de Nkosikho Mbele? ¿Alguna vez un desconocido te ha ayudado mientras estabas en una situación complicada? ¡Cuéntanoslo en la sección de comentarios y asegúrate de compartir esta bonita historia con tus amigos y familiares!