Empleado de una gasolinera paga el combustible de una mujer y recibe la recompensa de ocho años de salario
May 29, 2021
En una soleada mañana de primavera de 2019, Monet van Deventer, oriunda de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, volvía a casa desde Somerset West cuando se dio cuenta de que su auto estaba quedándose sin gasolina. Tomó un desvío en la autopista para parar en la siguiente gasolinera y salió del coche para reabastecer. Nkosikho Mbele, el empleado de la gasolinera que estaba de turno ese día, se acercó al vehículo para lavar los cristales mientras van Deventer sacaba la cartera para pagar. No obstante, mientras buscaba entre sus pertenencias, le dio un escalofrío al darse cuenta de que había olvidado su tarjeta. Dio las gracias a Mbele por limpiarle los cristales, pero le explicó que no podía pagar la gasolina y que tendría que seguir su camino. Mbele se sintió acongojado al ver que el indicador de la gasolina del auto estaba en rojo. Como no estaba dispuesto a dejarla tirada en la autopista N2 de la costa sudafricana, insistió en que él pagaría el combustible y le planteó que le pagara cuando ella volviera a estar en la zona.
Al principio, van Deventer pensó que se trataba de una oferta de la empresa de gasolineras Shell. Entonces, Mbele la sorprendió sacando su propia tarjeta bancaria personal para pagar la factura de 100 rands (6,77 dólares). Mientras se alejaba, seguía incrédula ante la amable acción que Mbele había hecho por ella. Ya que van Deventer sabía que quería hacer algo por él para devolverle el generoso gesto, compartió la historia en Facebook para contarle al mundo el buen corazón de Mbele. Entonces llegó una avalancha de ofertas de desconocidos que querían donar dinero al empleado de la gasolinera y la vida de Mbele cambió para siempre.
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Aquel día, Monet van Deventer, quien entonces tenía 21 años, había salido justo antes de la puesta de sol para ir a Gardens, suburbio de Ciudad del Cabo, a reunirse con unos clientes. Trabajaba como gestora de cuentas en una empresa de software para hostelería mientras estudiaba la carrera de comercio. Con toda la prisa que tenía por llegar a tiempo a ver a sus clientes, la entonces joven de 21 años olvidó llevar su tarjeta bancaria, pero no se dio cuenta sino hasta cuando llegó a la gasolinera Shell de Firgrove.
"Tuve la extraña sensación de que había olvidado mi tarjeta. Entonces empecé a buscarla, y mientras buscaba, Nkosikho se puso a lavarme los cristales", dijo van Deventer a Times Live.
"Le dije: 'Gracias por lavarme los cristales, pero hoy no puedo poner gasolina'. Parecía estresado y conmocionado porque estaba mirando mi aguja de combustible, que ya estaba en rojo", añadió.
Según Times Live, en su post de Facebook, Deventer explicó que Mbele, quien entonces tenía 28 años, se empeñó en no dejar que van Deventer se fuera con el depósito de gasolina vacío.
"Me dijo: 'Señora, no puede quedarse sin gasolina en la N2. Pagaré sus 100 rands y, cuando vuelva a estar cerca, puede devolverme mis 100 rands'", explicó en su post.
Sin esperar siquiera a que ella aprobara su idea, Mbele procedió a llenar el depósito de combustible.
"Pensé que tal vez era un asunto de negocios que Shell hace por ti y entonces vi que literalmente cogía su propia tarjeta y lo pagaba. Cuando me alejé, me di cuenta de lo que acababa de ocurrir".
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Para Mbele, que entonces ganaba unos 1.100 rands (74 dólares) a la semana, 100 rands eran una parte importante de su sueldo diario. Pero temía que dejarla marchar significara que van Deventer se quedara tirada en la vía.
"Le pregunté cómo estaba el combustible, y me dijo que estaba bajo. Le pregunté: '¿Lo lograrás?', y me dijo: 'No estoy segura'. Le dije que permitiera que lo hiciera por ella", contó Mbele a la publicación.
Tras su encuentro, explicó que no esperaba volver a ver a van Deventer. Así que cuando ella regresó unos días después con chocolates y sus 100 rands, se llevó una grata sorpresa.
"Me sentí muy agradecido de que volviera. En sus ojos vi que apreciaba mi ayuda, así como cuando alguien entiende que has hecho algo por esa persona. Pude ver en sus ojos que realmente apreciaba que hubiera hecho lo que hice por ella", recordó Mbele.
La publicación de van Deventer en Facebook atrajo rápidamente a cientos de desconocidos, que se sintieron conmovidos por el gesto desinteresado de Mbele y quisieron hacer algo para ayudarlo a él y a su familia. Fue entonces cuando la estudiante se sintió inspirada para crear una recaudación de fondos en nombre del chico.
"Como Nkosikho me salvó la vida, me encantaría hacer algo a cambio por él", escribió en la página de recaudación de fondos. "Sus dos hijos, su madre y su hermano viven con él en Khayelitsha y se beneficiará mucho de cualquier donación".
Para Mbele, los fondos lo ayudarían a ahorrar para enviar a sus hijos a la educación superior, así como a hacer obras de caridad para ayudar a los niños de la calle.
La recaudación de fondos se extendió rápidamente como pólvora y los fondos empezaron a llegar a raudales. Cuando lo cerraron para más donaciones, ya habían recaudado 505.217,48 rands (94.000 dólares). Los jefes de Mbele en Shell se enteraron rápidamente de la historia viral y decidieron que también querían premiarlo. Nombraron al joven de 28 años como candidato sudafricano de la empresa al Premio Regional a la Excelencia en el Servicio y anunciaron que donarían 500.000 rands (35.000 dólares) a la organización benéfica que él eligiera.
El presidente de Shell, Hloniphizwe Mtolo, se sintió tan inspirado por el acto de bondad de Mbele que decidió felicitarlo personalmente.
"He visto las buenas noticias y quería llamarte y felicitarte por el buen trabajo que has hecho", dijo Mtolo a Mbele, según Times Live. "Hemos decidido respaldar lo que ha hecho la ciudadanía y donar medio millón de rands a una organización benéfica que tú elegirás", añadió.
"Es una noticia increíble, muchas gracias, hermano", respondió Mbele.
Mbele viajó a Zanzíbar, Tanzania, en junio de 2019 para la ceremonia de entrega del premio.
"Estoy muy contento de estar nominado a los premios. Ser reconocido por Shell Sudáfrica significa mucho. Todavía no puedo creer que esto haya ocurrido solo gracias a 100 rands, sin duda es una obra de Dios. Ir a Tanzania será una gran experiencia para mí, y el hecho de estar nominado para representante de Sudáfrica del próximo año significa mucho", dijo Mbele a IOL
Aunque el acto de bondad de Mbele puede haber inspirado muchos elogios de la gente de toda Sudáfrica, él insiste en que es a Dios a quien deberían dar las gracias realmente. "Solo estaba haciendo lo que cualquier persona con buen corazón habría hecho", subrayó.
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