10 señales de advertencia que muestran que tu hígado está lleno de toxinas
Sep 25, 2018
Normalmente, el hígado puede filtrar las toxinas. Pero algunas veces es incapaz de transformar estas toxinas en desechos saludables. Cuando esto sucede, podrías experimentar signos de que algo anda mal con tu hígado.
El hígado es responsable de filtrar la sangre antes de que vaya de vuelta al resto del cuerpo. Es el órgano interno más grande que tienen los humanos. Sorprendentemente, el hígado filtra el 30 por ciento de la sangre de tu cuerpo cada minuto. Desafortunadamente, este órgano trabajador a veces puede ser puesto en riesgo por las toxinas.
Si deseas mantener tu hígado funcionando correctamente, necesitas una dieta saludable. El trabajo del hígado es descomponer las sustancias químicas en el torrente sanguíneo. Algunas veces, estos químicos pueden dañar al hígado. Al limitar su exposición a químicos dañinos, puedes proteger tu cuerpo.
Normalmente, el hígado puede filtrar las toxinas. Pero algunas veces es incapaz de transformar estas toxinas en desechos saludables. Cuando esto sucede, podrías experimentar indicios de que algo anda mal con tu hígado.
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Estás sufriendo dolor
Un signo común de un hígado tóxico es el dolor. Si sufres dolor en el hígado, esto puede decirte que el hígado no está filtrando las toxinas apropiadamente. El hígado está situado en la parte superior derecha del abdomen. Se encuentra justo debajo de tu diafragma y es extremadamente grande. Aunque los problemas hepáticos generalmente causan un dolor leve, a veces el dolor puede llegar a ser insoportable.
Hinchazón en los tobillos y las piernas
La hinchazón es una señal de que algo no está funcionando correctamente. Si ignoras tus problemas hepáticos, tu hígado tiene que tratar de sanar y repararse a sí mismo. Esto lo logra formando un tejido cicatrizante. A medida que el tejido cicatrizante se acumula, este impide que el hígado funcione correctamente. En poco tiempo, esto puede causar hipertensión portal. Este tipo de hipertensión básicamente significa que la venas portales tienen una presión arterial más alta de lo normal. Esto lleva a que se presente hinchazón en las piernas a medida que los líquidos comienzan a acumularse.
Aumentas de peso sin una causa obvia
El aumento de peso es algo fácil de percibir. Si llevas un estilo de vida saludable, no deberías aumentar mucho de peso repentinamente. Mientras hagas ejercicio y tengas una dieta balanceada, tu peso debería permanecer relativamente estable. Cuando desarrollas repentinamente un aumento de peso inesperado, quiere decir que algo anda mal en tu cuerpo. Tendrás que ir a tu médico para ver si esto es causado por problemas hepáticos, un desequilibrio hormonal o algo más. Algunas veces, el hígado pierde su capacidad para filtrar las toxinas. En lugar de filtrarlas, almacena estas toxinas en las células grasas. Para perder peso, tienes que ayudar a tu hígado a regresar a la normalidad.
Alergias
Interesantemente, los problemas hepáticos también pueden causar reacciones alérgicas. Si tu hígado no puede filtrar las toxinas, entonces más toxinas y sustancias entrarán en su torrente sanguíneo. Tu cuerpo y tu mente pueden reconocer estas toxinas como potenciales alérgenos. Cuando esto sucede, la mente libera anticuerpos para combatir los alérgenos. Esto puede causar erupciones con picazón y otros síntomas de padecer alergia. Si tu hígado está funcionando bien, este problema debería desaparecer.
Tu piel y tus ojos se tornan amarillos
Este es otro signo común de toxinas en el hígado. Si tu piel y tus ojos de repente se tornan amarillos, esto se conoce como ictericia. Este es un síntoma de daño hepático. Puede ocurrir debido a una enfermedad o a un hígado de bajo rendimiento.
Cuando tienes ictericia, es una señal de que algo va mal con tu hígado. Este síntoma ocurre porque un pigmento amarillo llamado bilirrubina se acumula en el cuerpo. Este pigmento se produce cuando los glóbulos rojos muertos se descomponen. Normalmente, el hígado procesa la bilirrubina. Cuando el hígado no está funcionando bien, la bilirrubina se acumula en el cuerpo y causa ictericia.
Sufres de fatiga crónica
La fatiga crónica no es sentirse agotado por un día o dos. Es una fatiga prolongada e inevitable que dura al menos seis meses. No importa cuánto duermas, no logras sentirte descansado. Aunque hay muchas causas de esta afección, una causa común es un hígado tóxico.
Tu hígado es responsable de transformar la glucosa en glucógeno antes de almacenarla. Tu cuerpo necesita glucógeno para obtener energía. Si tu hígado no está funcionando adecuadamente, éste es incapaz de crear, almacenar y liberar glucógeno. Como resultado, te sientes como si estuvieras constantemente exhausto.
Tu orina se ha tornado oscura
La orina oscura es frecuentemente una señal de que estás deshidratado. Si padeces este síntoma entre otros de la lista, también podría ser una señal de que padeces de una enfermedad hepática.
Náuseas y vómitos
Si tu hígado es incapaz de filtrar las toxinas, estas toxinas pueden comenzar a acumularse en tu cuerpo. Tu sistema digestivo no puede procesar las toxinas. Como resultado, puedes desarrollar náuseas o vómitos.
Nunca sientes hambre
La American Liver Foundation dice que uno de los primeros síntomas de una enfermedad hepática aguda es la pérdida de apetito. Si detectas este síntoma a tiempo, puedes evitar que la enfermedad hepática empeore.
Colesterol alto
En 2005, la Facultad de Medicina de Harvard publicó un estudio sobre los niveles de colesterol. En el estudio, encontraron que los niveles altos de colesterol se relacionaban con la enfermedad hepática. Si tus niveles de colesterol aumentan repentinamente, podría ser una señal de que tu hígado está intoxicado.
Un hígado intoxicado puede ser peligroso. Para prevenir problemas hepáticos, evita beber alcohol. El consumo de alcohol puede dañar las células del hígado y causar cicatrices. Con el tiempo, incluso puede causar cirrosis. Una dieta saludable, evitar el consumo de alcohol y hacer ejercicio pueden ayudar a que el hígado funcione adecuadamente.
También puedes proteger el hígado teniendo cuidado con los suplementos que consumes. Algunos suplementos pueden dañar tu hígado, así que asegúrate de hablar con tu médico antes de usarlos. También hay suplementos como chanca piedra y semillas de cardo lechoso que se dice que restauran el hígado. Debido a que no hay evidencia sólida que apoye las afirmaciones de estos suplementos, es importante tener precaución antes de usar cualquier remedio herbal.
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