10 razones por las cuales por fin lo dejó para siempre

Abr 05, 2019

Intentó decirte cuánto daño le hacías. Algunas veces la escuchaste, pero la mayoría del tiempo hiciste que se preguntara por qué estaba sufriendo en primer lugar.

Intentó durante tanto tiempo que las cosas funcionaran, estaba dispuesta a sacrificar su corazón y su felicidad solo para escucharte decir "Te amo" una vez más.

Pero entonces, algo cambió. Se cansó de pelear por un amor que no la amaba. Se cansó de arruinar su felicidad y de privarse de la alegría que se merece. Se la merece. Y ahora se ha ido y te preguntas por qué. Te lo diré por ella.

Se supone que el amor es algo fortuito y maravilloso. Deberías sentir que es algo que te puso de pie para hacer un baile maravilloso con una pareja increíble. Pero cada día que pasó contigo se sentía como si se ahogara. Hiciste que luchara por conseguir aire. Todo era siempre como tú querías que fuera: tú elegías el restaurante, tú escogías la película, desechabas todas sus ideas de citas divertidas porque eras flojo y no te provocaba salir de tu casa.

Estaba junto a ti siempre esperando que la vieras, pero la mirada que recibía era la de ella misma. Se enamoró de la mujer que la miraba desde el espejo y ahora va a vivir la apasionada vida para la que vino al mundo.

Te entregó su alma y su corazón por entero. Era valiente y vulnerable, pero no la aceptabas. Hiciste que se sintiera avergonzada porque le importabas. Hiciste que sintiera que el amor era una cosa de conveniencia y que la amabas cuando te provocaba. No era lo suficientemente buena como para que la amaras todo el tiempo.

Finalmente se encontró. Dentro de su alma, hay un amor que nunca se pierde. Buscará a la persona que comparta ese amor y esa persona no tendrá miedo de decirle cómo se siente. El amor nunca es por conveniencia. El amor solo es.

Un día, todos los consejos de sus amigos finalmente cobraron sentido. Solo tenía que darse cuenta de ello por su propia experiencia. Se merece mejores cosas y tiene mucho para darle a alguien más. Y vaya que sí tiene mucho para ofrecerse a sí misma.

No necesita de tu aprobación para sentirse bien con ella misma y ahora está por vivir la vida para la que está destinada.

Entre todas las llamadas perdidas, mensajes sin responder y noches enteras preguntándose por qué no era lo suficientemente buena, se dio cuenta de que el problema eras tú, no ella. Juraste que te importaba y tal vez creíste que realmente hacías todo lo posible por incluirla en tu vida.

Sin embargo, ¿realmente lo intentaste? No lo intentabas a menos que se sintiera que ni siquiera estabas haciendo algo. No te importaba esforzarte de verdad porque ella hacía el trabajo suficiente por los dos. Gracias a Dios que se dio cuenta de que merecía algo mejor. Se merece a alguien que quiera pasar tiempo hablando con ella. Tiene muchas cosas que decir y todo eso vale la pena escucharlo.

Hay muchas razones y todas te las conoces. Si observas con atención, te darás cuenta de que hubo muchas oportunidades de amar que convertiste en momentos de dolor de cabeza. La trataste como basura. No la respetaste. Pensaste que ella era genial, pero solo cuando decía lo que tú querías escuchar.

Ahora ya no podrás decirle que es hermosa y ver su rostro iluminarse. Ya no harás el amor con ella. No te levantarás a su lado y luego la verás dormir. Cambiaste una vida entera de amor y bellos recuerdos por... ¿qué?

Los pequeños golpes, las críticas pasivas y las cosas tan hirientes que dijiste hicieron que cuestionara su autoestima por un tiempo. Ella está bien ahora. Algunas de las cosas que le dijiste resonarán en su cabeza y arderán en su corazón, pero ella sabe que son solo mentiras.

Tu maltrato no tiene lugar en su vida y ella está mejor sin la ira equivocada que no sabes cómo manejar.

Luego de un tiempo se dio cuenta de que era la única que se estaba esforzando por estar juntos. Era una persona con la que hablabas cuando estabas aburrido. Siempre llegabas en el último minuto y solo te quedabas por un corto tiempo.

Ella quiere a alguien que desee estar con ella y lo va a encontrar.

Su decisiones no te importaban. Cada conversación era una pelea y sus opiniones siempre requerían de una explicación mientras que las tuyas había que darlas por sentado. Simplemente querías que se callara y te siguiera el juego.

Si no se hacía a tu manera, no se hacía, ¿no? Es momento entonces de que ella haga lo que quiera.

Si las cosas eran así de malas y no te esforzabas, imagina cómo serían ahora si siguieran juntos. No iba a desperdiciar su vida luchando por alguien que ni siquiera le brindaba parte de su día. Se dio cuenta de que, aunque quisiera mucho curarte, nunca podrías amarla. Probablemente no habrías querido aunque pudieras.

Estaba cansada de perder su tiempo tratando de arreglarte. Quería a alguien que sencillamente disfrutara estar con ella y no sentirse agotada luego de una larga charla o una molesta pelea.

Incluso el corazón más paciente apenas puede soportar la agonía del silencio por tanto tiempo antes de seguir adelante. No la trataste como una compañera. Era un añadido y hacías que se sintiera así cada día.

Hablar con ella no es una tarea, es un privilegio. Va a encontrar a la persona que se quede embelesado por cada palabra que diga y que ame perderse en su voz.

Si terminaste una relación, queremos escuchar tu historia. Cuéntanos en la sección de comentarios y deja que otras personas la lean también. Puede que tus palabras liberen a otros de su dolor y los guíen a hacerlo mejor.